Hay muchas nuevas marcas, pero no todas se distinguen en el mar de destilados del país. Sin embargo, éstas se han colgado el distintivo de poseer las botellas más bonitas de mezcal.
Dicen que “de la vista nace el amor”. Y, cuando se trata de mezcal, muchas veces la primera impresión la da la botella. Generalmente encontramos elementos algo consistentes en una botella de mezcal: alargadas, de vidrio transparente, con alguna etiqueta, y no hay mucho más después de eso; estamos acostumbrados a esta convención. Sin embargo, de vez en cuando, hay propuestas que dan un paso adelante y nos sorprenden; son un plus en la experiencia de consumir el preciado líquido. “Si el contenedor se ve increíble, el contenido debe ser igual”, pensamos. ¿Pero sabes cuáles son las botellas más bonitas de mezcal?
Las botellas más bonitas de mezcal
Bien comentan que “para gustos se inventaron los colores”; pero, para evitar que este sea un ejercicio de puro gusto, nos apegaremos a un principio fundamental en el diseño: forma es igual a función.
Por esto, si lo que vamos a calificar son las botellas y no su mezcal, éstas deben contener y retener sin problema su contenido y deben ser asidas sin dificultad al servirlo, además de ofrecer el extra de que sea armónica con su concepto y, obvio, sea agradable a la vista. Acompáñenme a conocerlas…
Corte Vetusto
Aquí lo que hace resaltar a la botella, que es bastante clásica, es la etiqueta, cuyo concepto es “tradición”. Con una combinación de colores y un diseño que nos remite a una bebida de antaño, la etiqueta cumple con el concepto de contar una historia que inspira confianza en el consumidor.
Los Amantes
La botella es una reminiscencia de la tradicional damajuana de mezcal, con el característico color verde y el detalle del agave, que es un agregado. La etiqueta resulta clásica y de buen gusto, acorde con el cuerpo, si acaso sobra un poco la segunda etiqueta de la parte baja, que dice “100% agave premium mezcal”. Sin embargo, funciona.
Los Danzantes
Ya habíamos mencionado a este mezcal en el artículo de “Los mezcales más caros”. Ahora vuelve gracias a su hermosa botella. Simple y elegante, entiende su lugar como producto de lujo. Personalmente pienso que es hora de renovar la etiqueta o el logo de la marca por algo más acorde con su segmento de mercado. Mención aparte se lleva el tapón, que es más de botella de cerveza, pero aquí funciona muy bien. El que no arriesga no danza.
Marca Negra
Mientras unos se van por la tradición, este mezcal le apostó al diseño para resaltar entre sus pares. La forma de la botella remite más a una licorera de whisky que de mezcal. Es el color verde el que nos saca de nuestro error. La etiqueta se observa simple y va al grano, pero es el detalle de la mano grabada en el cuerpo el que une todo el concepto: “una vez que lo toques, no lo vas a poder borrar”.
Milagrito del Corazón
Tal vez la botella más mexicana de todas. Por un lado, el guiño a la damajuana; por el otro, el elemento folklórico del corazón con el agave que lo corona de aluminio repujado; y para finalizar, una etiqueta con una tipografía arriesgada que llama a nuestra mirada. Elementos con tanta carga visual hubieran podido comerse o anularse uno a otros, pero no, la botella es extremadamente armónica. Transmite la paz que sólo un besito de mezcal puede dar.
Montelobos
Lo que impera en esta botella es el carácter: Líneas y ángulos rectos, etiqueta negra con tipografía clara y gruesa, un tapón prominente. Es un concepto directo. ¿Se dan cuenta que para sobresalir hay que andarse sin rodeos?, pero eso sí, con un discurso claro. Botella que comunica solidez, “este es un mezcal sin fisuras”, casi se escucha decir.
Papadiablo
Ya hemos visto botellas desde la tradición, la historia, el lujo, el diseño, la identidad y el discurso. Esta botella nos dice “olviden todo eso”. Nada de ella nos remite al mezcal, parece más de vodka… y no les importa. Bien dicen que “a veces, cuando queremos crear algo bello y único, debemos liberarnos de las ataduras”. Lo más increíble es que quienes la diseñaron lo lograron. Esta es una botella forajida, que no acepta convenciones. Dan ganas de tenerla en casa como un objeto de diseño.
Señorío
Como una vuelta al principio, esta es una botella sencilla y elegante que comunica calidad. Letras doradas en la etiqueta que indican el estatus de la bebida, como si estuviéramos frente al decano de los mezcales. Los creadores de esta botella saben su negocio y lo que quieren decir, no hay más. Siguiendo la regla de menos es más, le quitaron todo lo superfluo y dejaron la esencia. “Este es un mezcal para conocedores”, nos susurra con claridad.
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Aquí las tienen, cada una de estas botellas transmite una personalidad con la que las personas destinadas a ser sus clientes van a conectar. Ahora, sólo resta una pregunta: ¿con cuál de ellas te sientes identificado?
Ahora que conoces las botellas más bonitas de mezcal, échale un vistazo a: Los mezcales más caros
Genial. Quiero uno,