Detrás de cada botella de mezcal, hay una gran historia. Conoce las problemáticas de la producción de mezcal.
El mezcal no sólo es un proceso agrícola, también es una actividad económica que fomenta la profesionalización de las comunidades que lo producen hacia las necesidades que el negocio requiere. En un estado como Oaxaca, la producción de mezcal como industria parece brindar una oportunidad a las personas; sin embargo, este éxito ha traído nuevos retos. Entérate de esas aristas en torno a la producción del mezcal y el medio ambiente, que estoy seguro no sabías…
Un cultivo en expansión: el mezcal y el medio ambiente
En el pueblo de Soledad de Salinas la superficie del cultivo del agave ha crecido hasta las dos mil hectáreas. La siembra se hace por etapas para tener siempre magueyes disponibles. Los silvestres son obtenidos en el campo y se procura sembrarlos para que no se acaben. Pero, las plantas tienen una maduración mínima de seis años, como es el caso de la variedad espadín; y, la variedad tepextate, en cambio, se logra en veinte años; Por lo que los productores de esta comunidad, para obtener una mejora de las plantas, han recibido la ayuda de la Fundación Hermano Maguey.
Sin embargo, el equilibrio es delgado. La sobreexplotación de algunas especies (de agaves y de árboles para tener leña disponible para los hornos) tiene impacto entre las plantas. Si algunas se extinguen, no solo se afecta a esa especie, sino también la polinización de otras plantas y a los animales polinizadores, y por consecuencia a los demás cultivos y producciones.
Ejemplo de esto es lo que ocurre en el Valle de Tehuacán-Cuicatlán, entre los estados de Puebla y Oaxaca. Alfonso Valiente Banuet, investigador del Instituto de Ecología (IE) y colaborador del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3), explica que para producir esa bebida se extraen directamente los agaves del campo. “Existe un saqueo desmedido. En el Valle de Tehuacán-Cuicatlán hay extracción de plantas y de leña que se utiliza para el proceso mezcalero”, acusó el experto.
“Cuando se remueve alrededor del 70 por ciento de las plantas, en algún punto hay un corte de extinción y el sistema se colapsa, es decir, ya no hay capacidad de regeneración”.
Producción no tan sustentable
Para el proceso de cocimiento de las piñas, el horno tiene una capacidad de nueve a diez toneladas, y ocupa una tonelada y media de leña. A diferencia de la reposición de magueyes, todavía no hay una iniciativa clara para reponer los árboles que se cortan para la leña. De este proceso se llegan a obtener, en promedio, 1200 litros de mezcal.
De acuerdo con el Diagnóstico de la Cadena de Valor Mezcal en las Regiones de Oaxaca, realizado en 2016 por el Comité Estatal de Planeación para el Desarrollo de Oaxaca (COPLADE), los productores de mezcal ocupan veinte litros de agua por cada litro de mezcal y siete kilos de leña por litro de mezcal. Podemos imaginarnos cuánta cantidad de agua y leña se utiliza para hacer mezcal. Algunos municipios ya están controlando o prohibiendo la extracción de leña, como es el caso de Santa Catarina Minas y Sola de Vega, pero no dan alternativas y el problema es que la gran demanda de la bebida ha provocado que algunas marcas de dichas comunidades estén comprando de contrabando la leña, para cumplir con la satisfacción de la demanda.
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Residuos y contaminación
Por otro lado, la falta de manejo de los residuos, como el caso de las pencas que se dejan podrir en el campo después de rasurar las piñas, y la falta de tratamiento de las vinazas que sobran de la destilación, son la mayoría de las veces contaminantes del suelo, debido a su alto PH.
Un esfuerzo por cambiar esto lo da un proyecto de la industria mezcalera en San Luis Potosí, la cual produce más de cinco mil toneladas de bagazo de agave anualmente, que pueden ser aprovechadas para generar un producto de alto valor comercial como el carbón activado para crear un sistema sustentable.
Con este proyecto se lograron establecer los parámetros más adecuados para producir carbón activado a partir de bagazo de agave, residuo proveniente de la industria del mezcal, el cual puede ser utilizado para remover algunos contaminantes orgánicos e inorgánicos presentes en el agua.
Además, debido a que se generan más de 17 mil toneladas al año de bagazo de agave (base seca) en todo el país, y dado que el contenido de carbono de este producto es de 45 por ciento en peso, se estima que la combustión de estos residuos producirán más de 28 mil toneladas de CO2 al año. Por lo mencionado anteriormente, la estabilización de estos residuos en forma de carbón activado representaría una reserva de carbono estable a largo plazo, que puede ser comercializada en
bonos de carbono.
Mezcal y el medio ambiente en el Boom de productores
Según cifras del Consejo Regulador del Mezcal, en 2015 se reportaron 150 marcas de esta bebida, y para 2018 se duplicaron. Además, cada año se otorgan alrededor de 300 permisos de exportación.
De 2015 para acá, el número de productores de Soledad de Salinas creció de uno a tres, aunque estos últimos no cuentan con certificación, a diferencia de Soledad, Matatlán -“capital mundial del mezcal”-, un poblado donde la producción está mejor integrada.
El registro ante el Consejo Regulador permite a los productores organizarse en equipos para producir mezcal, otro beneficio.
El maestro Don Armando, de Soledad Zapoteca, en los años que tiene de producir, ha visto los beneficios del mezcal como actividad económica. Para él, ha sido visible cómo la gente ha dejado de migrar de su pueblo, ya que ahora se dedican a trabajar en la industria mezcalera.
El mezcal no sólo ha integrado a las comunidades productoras, sino a profesionistas y prestadores de servicios en Oaxaca, que van desde el cultivo, hasta el envasado y etiquetado del producto. En el caso del maestro mezcalero Armando Martínez, toda su familia está involucrada en el proceso.
Como podemos ver, los retos son variados y complejos. Todos los actores involucrados en el negocio del mezcal, incluidos los consumidores, no podemos ignorar la realidad y el riesgo de producir mezcal de una manera no sustentable.
Así que, querido lector, como ya te lo hemos mencionado en otros artículos, es importante que cuando compres una botella de mezcal, veas que en su etiqueta tenga todas las características que lo certifiquen como un auténtico mezcal, y si tiene la leyenda de ser sustentable, estarás contribuyendo no solo a la conservación de las distintas especies de magueyes, sino de todo el ecosistema en el que crecen y los mezcales se producen.
Ahora que conoces más sobre el mezcal y el medio ambiente, échale un vistazo a: Mezcal espadín, mezcal tobalá: ¿los más populares?
Fotografía de portada: ShutterStock
Para saber más…
Producción de mezcal puede causar colapso del ecosistema agavero: ecólogo UNAM
Redacción AN/ES. Aristegui noticias
https://aristeguinoticias.com/2004/mexico/produccion-de-mezcal-puede-causar-colapso-del-ecosistema-agavero-ecologo-unam/
El Mezcal, lejos de ser sustentable
Español. L. Nogales. MezcologÍa
2 comentarios en “El mezcal y el medio ambiente: claroscuros de la producción”