Oaxaca no sólo nos ofrece una gran diversidad en comida y tradiciones, también es la cuna de grandes artistas, como estos cinco grandes pintores.
Desde la época colonial hasta nuestros días ha visto nacer a pintores de talla mundial. Y aquí te presentamos a los cinco pintores oaxaqueños que han puesto en alto el nombre de este estado.
Cabe aclarar que existen muchos más artistas de talento incomparable, esta es solamente una primera aproximación al arte plástico; aunque, si creciste en los 90 o a principios del 2000, y aún recuerdas tus libros de primaria, descubrirás que ya conocías la obra de más de un autor.
Pintores oaxaqueños que debes conocer
El mundo de la pintura siempre ha sido uno que alegra el corazón y la pupila; sin embargo, entre tantas imágenes y creaciones uno puede sentirse a veces un poco abrumado. Es por ello que en este breve artículo te presentamos a los pintores oaxaqueños más representativos del estado y a aquellos que quizá conozcas por alguna pintura, o por su importante nombre.
Miguel Cabrera, pionero del arte oaxaqueño (ca. 1695-1768)
Vivió durante el siglo XVIII. Fue el primer pintor oaxaqueño reconocido a nivel internacional, ya que sus famosas obras se encuentran por todos lados; una que muchos conocemos es el retrato de Sor Juana Inés de la Cruz, que venía como portada en el libro de español de tercer grado. ¿Ya te acordaste?
Este cuadro se encuentra en el Museo Nacional de Historia-Castillo de Chapultepec, y aunque la mayor parte de su trabajo lo desarrolló en el centro de la Nueva España -como la Vida de san Ignacio, que se encuentra en el templo de la Profesa-, también podemos admirar su maestría en su estado natal.
La iglesia de Santo Domingo de Oaxaca alberga cuadros que, presuntamente, fueron elaborados por sus alumnos. Basta con echarle un vistazo al retablo de la Virgen de Guadalupe, para darnos cuenta -con los cuadros de los arcángeles que enmarcan a la Virgen- del alcance que tuvo su escuela.
Rufino Tamayo, creador de nuevas realidades (1899-1991)
Ahora saltaremos un par de siglos hasta llegar al siglo XX. Este reconocido personaje nació en el Barrio del Carmen Alto, en el centro de nuestro colorido estado.
Creó su propia técnica, misma que lo posicionó en las más grandes exposiciones de talla mundial. Entre otros aspectos, la combinación de la tradición con lo moderno se convirtió en su sello característico. En el museo que lleva su nombre, ubicado en la primera sección del Bosque de Chapultepec, podrás encontrar parte de su obra.
Y, si aún no ubicas sus pinturas, recuerda el Atlas de México de cuarto grado. En el libro enorme, que no cabía en ninguna mochila, se encontraba un hombre alzando los brazos a la luna sobre un fondo azul. Esa pintura, sin título, salió de la mente del gran maestro Rufino Tamayo.
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Rodolfo Morales, maestro de los sueños entre los pintores oaxaqueños (1925-2001)
Nació en Ocotlán de Morelos. Se formó en la Academia de San Carlos, y posteriormente se dedicó a la docencia, impartiendo clases de dibujo en la Prepa 5 de la UNAM. Ahí mismo pintó su primer mural. Expuso en innumerables ocasiones en algunas ciudades de EE. UU., por lo que su arte es aún muy apreciado en ese país.
Se le conoció como el “maestro de los sueños”, debido a la combinación de colores, personajes y simbolismos en sus obras, mismas en las que llevó la alegría y esencia de su ser oaxaqueño. Para comprobar esto con tus propios ojos, puedes visitar la estación Bellas Artes de la Línea 8 del Metro de la CdMx, donde se encuentra su obra titulada Visión de un artista mexicano sobre Francia.
Rodolfo Nieto, representante de México en Europa (1936-1985)
Al igual que su coterráneo, estudió en la Academia de San Carlos. Vivió en París y viajó por distintos países de toda Europa, donde tuvo la oportunidad de exponer su arte. En uno de esos eventos, el famoso pintor Pablo Picasso quedó sorprendido por la combinación de fantasía y dolor que Nieto incluía en sus cuadros.
Dominó una gran cantidad de técnicas, por lo que no se le puede nombrar únicamente pintor, entre las que destacan el óleo, la serigrafía, la litografía, el grabado, la acuarela e incluso el collage.
El mismo Octavio Paz lo catalogó como “un artista inquieto y lleno de insatisfacción”, características que, según él, eran propias de la gente con talento.
Francisco Toledo, un revolucionario de la estética entre los pintores oaxaqueños (1940-2019)
Sería un pecado cerrar esta presentación de pintores oaxaqueños sin referirnos a Toledo.
Fue originario de Juchitán; aunque se disputa su lugar de origen, él mismo se afirmaba oaxaqueño. Desde niño descubrió su pasión por el arte; por ello, a muy temprana edad pudo llevar su obra al extranjero, primero a EE. UU. y luego a Europa.
Tenía un espíritu revolucionario que manifestaba tanto dentro de su pintura como fuera de ella. Dentro, porque pintaba animales que comúnmente se catalogaban como feos, a manera de protesta por la categoría de lo “estético”; y fuera, porque se dedicó a apoyar distintas luchas sociales de izquierda en su natal Oaxaca.
En 2007, la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) lo premió con el Doctorado Honoris Causa.
Antes de irte a revisar las magníficas obras de estos pintores oaxaqueños, échale un vistazo a: NN Galería: la dislocación como propuesta
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