Dentro del cuadro central de la Ciudad de Oaxaca, puedes visitar la Basílica de la Soledad, una construcción que te impresionará
Teresa Cortés
Oaxaca es tan rica en arquitectura que podemos asombrarnos con cada paso que demos. Es más, no hace falta caminar mucho de un recinto a otro; es cuestión de un par de minutos para trasladarnos y continuar con la aventura.
Muy cerca de la Catedral, a tan solo cuatro calles, se encuentra la Basílica de Nuestra Señora de la Soledad. En un artículo anterior, habíamos conocido sus famosas nieves; bueno, pues, a un costado está el templo que da nombre al lugar. Descubramos juntos por qué es considerada una joya de la arquitectura barroca…
Antes de la Soledad
La construcción de la Basílica data de la segunda mitad del siglo XVII, pero echémonos un clavado a sus antecedentes, que comienzan un siglo antes. En el mismo lugar donde radica la Iglesia de la Soledad se erigió el Templo de San Sebastián; el santo había sido designado como patrón de la Villa de Antequera -antiguo nombre de Oaxaca-, porque se creía que era el encargado de ahuyentar el hambre, las enfermedades, y controlar las epidemias que habían llegado a la Nueva España por medio de los conquistadores y los esclavos africanos.
Pero Antequera se convirtió en un punto estratégico, porque los comerciantes, que pasaban en su viaje hacia Guatemala, aprovechaban para descansar y visitar a San Sebastián en su templo. Debido a eso y casi un siglo después de su construcción fue necesario ampliarlo para que cupiera toda la gente que frecuentaba el lugar. En 1617, cuando se concedió la autorización para su remodelación pasó algo sorprendente…
La leyenda de la Virgen de la Soledad
Se cuenta que un arriero pasó por Oaxaca en su camino hacia Guatemala; poco antes de llegar al Centro, se le había unido una mula que traía un cajón en el lomo, no se sabía de dónde había salido, pero lo siguió fielmente en su andar.
Cuando el hombre entró a la ciudad con su yunta, visitó el Templo de San Sebastián como era costumbre; enseguida, la mula se echó y no hubo poder humano que la levantara. No fue hasta que le quitaron el cajón del lomo que se paró, pero cayó muerta un par de pasos adelante.
Tras el asombro, el arriero y algunas autoridades competentes decidieron abrir la carga que llevaba el animal. En su interior el cajón guardaba las esculturas de un par de manos y una cabeza, junto con una inscripción que decía “Nuestra Señora de la Soledad al pie de la Cruz”, acompañada de una representación de Cristo Resucitado.
Actualmente, la figura de la Virgen de la Soledad, nombrada patrona de Oaxaca desde 1909, solo muestra el rostro y las manos en forma orante, y se cree que son las mismas que llevaba aquella mula, cuyo paradero era tan sospechosamente desconocido que parecía enviada por el mismísimo cielo.
Una joya barroca por fuera…
El Templo de la Soledad se comenzó a construir en el año de 1682; oficialmente su edificación tardó ocho años, pero una obra tan majestuosa requirió de un largo proceso conformado de distintas etapas para concluir en la belleza arquitectónica que hoy conocemos.
La cantera amarilla de su fachada contrasta con la verde que compone el resto del edificio. La primera sensación que nos llega al ver el templo es de pequeñez, en contraste, por ejemplo, con el templo de Santo Domingo en Yanhuitlán; esto se debe a que la zona, sísmica por excelencia, amenazaba la construcción con un catastrófico derrumbe, y los constructores de la Basílica decidieron privilegiar el ancho más que el alto, para preservar su belleza a lo largo de los siglos.
En su portada podemos apreciar diferentes figuras de santos que fueron figuras clave de la época Novohispana. Entre ellos se encuentran san Pedro y san Pablo -pilares de la evangelización cristiana-, san Agustín -doctor de la Iglesia-, y santa Rosa de Lima -patrona del Nuevo Mundo, es decir, de América-.
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… Y por dentro
La decoración de su interior contiene elementos propios del estilo barroco. El templo se caracteriza por yeserías y molduras sobrecargadas de ornatos que, en un principio, estaban recubiertas por laminillas de oro, pero que con el paso de los años y a través de sus restauraciones se han ido sustituyendo por pintura dorada.
Basta con mirar el atuendo de la Virgen para darnos cuenta de que los adornos, principalmente conformados por grecas bordadas en hilo de oro, eran elementos primordiales del barroco novohispano; ya que su principal función era mostrar la magnificencia de Dios a través de los ornamentos de sus iglesias.
Una joya que no te puedes perder
Esta ha sido solo una introducción al maravilloso Templo de la Soledad; su belleza nos traslada a cientos de años y al contemplarla nos resulta viable recrear su asombrosa historia. Si te interesa profundizar un poco más te dejamos un par de sitios a continuación… ¡Disfrútalos!
Antes de irte a visitar la Basílica, quizá te interese leer: Santo Domingo de Oaxaca: del oro a lo sagrado
Para saber más…
Rodríguez, Y. (2016, may. 23). Basílica de la Soledad, Oaxaca, México. Maestría en Historia de Arte – BUAP
Basílica de la Soledad en la Ciudad de Oaxaca (2010, nov.), viveoaxaca.org
Barroco mexicano: Basílica de la Soledad, Oaxaca (2016, abr. 14), mexicanarq.blogspot.com
3 comentarios en “La Basílica de la Soledad en Oaxaca: una joya barroca”