Los límites son parte de la existencia, nos delimitan respecto a lo otro, el afuera del adentro, interior y exterior. Podemos ver el límite como algo que nos frena o como una puerta que nos invita a franquearlo. Eso lo sabe muy bien Rosita Relámpago.
Muchos artistas, en algún momento de su vida, al sentirse estancados o limitados por la configuración de su persona y de su obra, decidieron crear un alter ego, ese otro yo libre que le permite experimentar, sin ataduras, otra naturaleza.
Como decíamos, Rosita Relámpago es algo así. El nombre nació como un juego de palabras de redes sociales y a partir de ahí fue tomando fuerza; un chiste no intencional, refleja la preferencia de su autora por el humor y de no tomarse todo tan en serio. No obstante, también es un principio fundamental para ella: lo importante es la obra, no el nombre.
Con un fin liberador… el objetivo de Rosita Relámpago
Gracias a esto su obra puede desarrollar un lenguaje propio, en ese sentido el alter ego es un dispositivo para encontrarse con la esencia de uno mismo. Este reposicionamiento se transforma en una forma diferente de ver la realidad y las cosas.
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La reinvención personal, ya sea desde el nombre, el significado o la forma de relacionarse con el objeto o representación, es una operación que juega con el límite, ya que a través del cambio se marca una nueva existencia de la frontera. Nuestros límites están definidos por nuestra forma de ver el mundo, si esta cambia, nuestros límites cambian; se da, entonces, una apertura hacia la experiencia.
El trabajo de Rosita Relámpago trata de jugar con los símbolos, rompiendo con el significado inicial, ya sea dibujo o cerámica; estos constituyen su viaje hacia la incorporación de elementos mágicos: la apertura hacia campos de conocimiento alternativos y otras cosmovisiones.
El hecho de que no podamos explicar algo desde el raciocinio
no quiere decir que no exista o no se puede entender de otras maneras. Recordemos que una de las funciones del arte es la reflexión
desde la experiencia sensible.
Rosita Relámpago y su transformación de lo cotidiano
Sus obras son recreaciones de objetos conocidos, pero desde un lenguaje propio, un alter ego de los originales. Una vez superado el límite del objeto se da una apertura donde el significado va hacia muchas direcciones, donde todo el mundo puede encontrarse.
Parte de un objeto original, por ejemplo, una olla, la sencillez de su forma y producción -para quienes ya saben cómo hacerla. A partir de aquí complejiza el objeto en la experiencia de recrearla. Entonces se da una traslación de la olla a la persona y como desde la experiencia intrínseca de producción del objeto se genera el conocimiento, la reflexión, desde el lugar diferente que detona el alter ego. Así, un objeto conocido y aparentemente cerrado nos replantea la experiencia y nos genera una nueva forma de ver la realidad.
El significado de la obra y la interacción con el público
De inicio toda obra está incompleta, esta condición se cubre mediante el ejercicio de la interpretación. Se manifiesta la incompletitud personal: el sujeto siempre en construcción. Querer entender el arte -y la existencia- desde nuestra experiencia de vida es limitante, nadie ha vivido lo suficiente como para entenderlo todo, por eso es vital que ante el fenómeno que nos plantea la obra nos abramos más allá de nosotros mismos para tener la posibilidad de conectar con ella. La lección de Rosita Relámpago es clara: a veces el único modo de acceder a algo nuevo es dejar de ser nosotros mismos y abrirnos al misterio que nuestro propio ser nos plantea, ¿por qué no?
El trabajo de Rosita Relámpago se está exhibiendo desde el primero de julio en la exposición colectiva de NNGalaería. Para más información: www.nngaleria.com/ Ig: @nn.galeria
Para más información sobre la artista, en Ig: @rositarelampago @claritatormenta
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