Los conventos dominicos también han pasado por distintos procesos de reconstrucción, algunos tan sorprendentes que no te los imaginarías. Hagamos un recorrido por estos capítulos de la historia de la arquitectura colonial oaxaqueña.
Todas las cosas necesitan mantenimiento para funcionar correctamente, y es bien sabido que, dentro de la arquitectura, un buen proyecto de conservación es de vital importancia porque asegura la duración de un inmueble. Con las iglesias de Oaxaca tenemos un excelente ejemplo: un magno proyecto de rescate patrimonial sin el cual no podríamos admirar la belleza de los conventos dominicos más emblemáticos de la Mixteca Alta. Quédate para conocer las iglesias de Oaxaca y reconstrucción del patrimonio cultural.
Rescates arquitectónicos de las iglesias de Oaxaca y la reconstrucción del patrimonio
La Ciudad de Oaxaca lleva el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad gracias a la belleza, historia y arquitectura de sus construcciones. Sin embargo, sus sorpresas no sólo se encuentran dentro de su capital y es por ello que muchas de las labores de reconstrucción se han realizado fuera de ella. Una muestra nos la dan estos templos al que les han dado un nuevo esplendor con las restauraciones y que te darán increíbles postales durante su visita.
Santo Domingo Yanhuitlán, restauración por dentro y por fuera
Al igual que los siguientes conventos, el de Yanhuitlán se vio afectado principalmente por los sismos. A eso también se deben añadir los usos inadecuados del espacio; por ejemplo, en la época de la Independencia en vez de albergar frailes albergó soldados con sus respectivos caballos porque fue convertido en cuartel. Para principios de este siglo, la construcción contigua al templo se encontraba en completa ruina, hasta que el Instituto Nacional de Antropología e Historia, el INAH, lo integró en el Proyecto de la Ruta Mixteca, de igual manera se incluyó a los conventos de Teposcolula y Coixtlahuaca.
El rescate de este monumento histórico se dividió en dos: el interior y el exterior. En el interior se restauraron las paredes y el retablo principal, así como las pinturas y figuras de bulto que en él se encontraban. Resulta imposible no asombrarnos cuando caemos en cuenta de que estamos hablando de increíbles procesos que permitieron dar nueva vida a obras de los siglos XVII y XVIII.
En el exterior se reconstruyó por completo la hospedería, ya que solo se conservaba las bases de las columnas que sostenían el portón; a partir de las cuales se pudo diseñar el proyecto, lo más fidedigno posible al original, para rescatar este espacio. Por donde quiera que se vea, el convento de Yanhuitlán es una obra de arte que nos transporta al pasado.
San Pedro y San Pablo Teposcolula, la tecnología al servicio de la reconstrucción
En cuanto ponemos un pie en Teposcolula no podemos centrar nuestra atención en otro espacio que no sea su magnífica capilla abierta. Como te habíamos contado en una entrega anterior, su cúpula fue reconstruida a principios de los años 2000; misma que llevaba más de un siglo de deterioro. Uno de los requisitos más importantes del proyecto era que los materiales y sistemas constructivos fueran fieles a los originales del s. XVI; por lo que la tecnología actual solo se empleó para facilitar la reconstrucción, pero no para modificarla, como en el caso del Templo de la Merced.
La parte más enigmática del proyecto consistió en descubrir la forma interior de esta cúpula que se encontraba derrumbada; solo se contaba con algunos indicios que estaban sobre las columnas. ¡Imagínate descubrir el diseño de algo que ya no existe y sin ningún tipo de planos! Pues a este reto se enfrentó el equipo a cargo hasta que dio en el clavo; resultó ser de forma hexagonal y coincidía a la perfección con los arranques que aún se conservaban.
Para facilitar la reconstrucción se elaboró un modelo en computadora donde se dibujaron cada una de las piezas de cantera; resultaron más de 100 piedras labradas a mano y colocadas sin ningún tipo de cemento. Así es, justo como lo estás pensando, estas piezas se mantienen adecuadamente colocadas ¡Solo por el equilibrio de la fuerza de gravedad! El resultado fue la bellísima reconstrucción que podemos apreciar hoy en día.
San Juan Bautista Coixtlahuaca, prueba y error en el rescate patrimonial
Así como se escucha, este convento ha sido testigo de muchísimas intervenciones arquitectónicas, desafortunadamente no todas se han realizado en las mejores condiciones ni con los materiales adecuados. Esto se debe a que hasta antes del siglo XX no existía ningún tratado que protegiera los edificios históricos, es decir, que cada pueblo podía modificar o reconstruir su iglesia de la manera que creyera más conveniente.
Algunas de las intervenciones del convento se consolidan como ejemplos del cuidado patrimonial y otras tuvieron que corregirse en proyectos posteriores. En el primer caso tenemos la restitución de la cúpula de la sacristía adyacente a la capilla abierta, la cual se encontraba derrumbada casi por completo y actualmente se muestra como una bella bóveda de crucería con un diseño interno a base de nervaduras.
En el segundo caso podemos ubicar a la torre-campanario que sufrió bastantes intervenciones en su intento por salvarla, incluso se llegó a proponer que debía tirarse por completo para volverla a construir. Esto al final no fue necesario, sino que se pudo fortalecer para otorgarle muchos años más de vida y producir el repique de las campanas que han sonado por siglos.
Santo Domingo de Oaxaca, la obra maestra de la restauración de las iglesias de Oaxaca y el patrimonio
No podíamos terminar esta entrega sin mencionar al convento dominico más importante de Oaxaca: Santo Domingo del Centro. Hace tiempo dedicamos parte de un artículo al proceso reconstructivo por el que pasó este impresionante inmueble histórico; pero, como podrás imaginarte, resulta imposible abarcar todas las obras de un solo, por lo que aquí veremos algunas más que te van a encantar.
Tanto en Santo Domingo como en los conventos anteriores fue necesaria la identificación de partes que se añadieron posteriormente a la construcción de los edificios; por ejemplo, muros que tapaban los arcos y techos de madera, que muy probablemente se colocaron en el s. XIX. Todos estos elementos se removieron para dejar al inmueble lo más parecido posible a su forma original.
Este convento es uno de los pocos que se ha restaurado completamente; cuando nos encontramos en él podemos notar su belleza en su fuente, su monumental escalera y en sus salas que en algún momento fueron los espacios comunes de los frailes. Cada uno de estos sitios fue intervenido para poder ofrecer a todo visitante la mejor experiencia. Al igual que los anteriores este proyecto corrió a cargo del INAH y su increíble resultado le valió el premio al mejor proyecto de restauración en el 2001.
Como ya lo notaste los templos que conocemos han pasado por procesos de reconstrucción y restauración. Sin su intervención no nos sería posible admirarlos como lo podemos hacer ahora. Cuidemos y disfrutemos de nuestro patrimonio histórico que siempre dejará un sensación agradable de satisfacción en nuestro corazón viajero.
Si tienes más ganas de conocer sobre las iglesias de Oaxaca y reconstrucción del patrimonio cultural, échale un vistazo a: El Teatro Macedonio Alcalá, un santuario para las artes