En un artículo anterior te compartimos una lista de las zonas arqueológicas de Oaxaca que concluía con Monte Albán, un sitio que siempre nos muestra el esplendor de la época prehispánica. Si aún no lo conoces, ¡quédate!, y descubre a detalle todo lo que este hermoso lugar te ofrece.
Aunque, si eres de los afortunados que ha estado ahí, te aseguramos que cuando termines de leer querrás volver a ir para poner mayor atención en cada uno de los elementos que aquí te contamos.
¿Cómo comenzó todo? Antes de Monte Albán
Quienes hemos estado en Monte Albán compartimos un mismo sentimiento: fascinación. Resulta imposible no quedarse con la boca abierta al toparnos de frente con las construcciones de este sitio arqueológico. Al encontrarnos ahí nuestra mente trata de remontarse a los tiempos más antiguos. Pero, ¿qué pensarías si te decimos que este lugar es aún más viejo de lo que crees? Agárrate, porque estás a punto de conocer cómo comenzó todo.
Se tienen registros de que los Valles Centrales de Oaxaca fueron habitados desde hace 10 mil años a.C., eso significa 9 mil antes de que comenzara la construcción de este Centro Ceremonial. Aquí se asentaron diversos grupos nómadas y se logró la domesticación de la calabaza y otras verduras. ¡Así como lo estás leyendo! Las verduras que te comes en el caldito de pollo pasaron por un largo proceso de selección asistida.
Pero, ya en serio, ¿cómo comenzó todo?
Quizás estés pensando que nos fuimos muy atrás, pero era necesario explicar que los pobladores, primero, se vieron en la necesidad de adquirir herramientas para sobrevivir y después de organizarse política y socialmente; aquí es donde entra nuestro protagonista del día de hoy, Monte Albán. Su construcción comenzó en el año 500 a.C. y desde el principio significó un gran reto. De hecho, comenzaron por construir una meseta artificial en la montaña donde se encuentra erigido. ¿Te imaginas todo el trabajo y esfuerzo que se necesitó?
Posteriormente se elaboró un sofisticado sistema de drenaje, ya que los ríos más cercanos se encontraban al nivel de los valles. Se cree que todo ese trabajo, que tardó un total de 1300 años, se hacía en forma de tributo, y los pobladores, que vivían en los costados del cerro, debían dividir sus actividades entre las que eran para su beneficio personal, como la siembra de alimentos, y las que ofrecerían a la clase política dominante.
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El esplendor de Monte Albán
Monte Albán era un centro cívico-ceremonial, es decir que en él habitaban las clases nobles de la sociedad zapoteca, tales como gobernantes y sacerdotes. También fue un importante observatorio, ya que en la zona se encontraron tres edificaciones específicas para estudiar los astros, e incluso la orientación de su construcción total está basada en ellos.
Por otro lado, cuando vayas a Monte Albán te encontrarás con el famoso Edificio de los Danzantes. En él se hallan unas piedras labradas con figuras de hombres contorsionándose; primeramente, se creía que podían estar representando una especie de ritual hacia alguna deidad, pero se ha llegado a la conclusión de que se trataba de prisioneros, probablemente de otros pueblos, que estaban siendo torturados o que habían muerto de dolor.
Y al atardecer, el ocaso
Todo inicio tiene un final, y a Monte Albán le sucedió lo mismo. Hacia el siglo IX d.C. el pueblo se rebeló contra la élite gobernante y dejó de pagar tributo; este fue un golpe fuertísimo, pues significaba la manutención del Centro Ceremonial. Pero ese era tan solo uno de los problemas, pues, también, se añaden las presiones por los pueblos vecinos que querían invadir la Montaña Sagrada.
Finalmente cayó, y tras el abandono de los zapotecos, llegaron nuevos pueblos al lugar, como los mixtecos. En la famosa Tumba 7, explorada por el arqueólogo Alfonso Caso, se descubrió que estos últimos profanaron el lugar y colocaron a un personaje importante, junto con muchísima joyería. A este lugar se le denominó “el tesoro de la Tumba 7”, resguardado en una antigua cámara que se encontraba debajo de una casa residencial. Esta la puedes localizar a un lado del estacionamiento, antes de acceder al complejo principal y el tesoro forma parte de una exhibición que viaja por Oaxaca para dar a conocer su riqueza.
Pa’ que te animes a ir
Y si aún después de leer todo esto sigues dudando en ir, te contamos que el sitio arqueológico te ofrece distintos servicios. Por ningún motivo te puedes perder el Museo de Sitio; visitándolo completarás tu experiencia, ya que ahí se exhiben joyas, figuras de cerámica, máscaras mortuorias y se explica la función de los diferentes edificios. También puedes adquirir publicaciones, por si te interesa aprender más.
La zona arqueológica también cuenta con sanitarios, guía de turistas, zonas de descanso, taxis que te transportan hasta el lugar y estacionamiento. Y, por si fuera poco, con tu credencial de estudiante o maestro vigente puedes acceder gratuitamente, de la misma manera, los adultos mayores con su credencial del INAPAM. El acceso general tiene un costo de 80 pesos, y los domingos son de entrada libre para los mexicanos, siempre y cuando muestres tu credencial de elector.
Ahora que ya sabes todo esto, ¡anímate a ir, o a regresar a Monte Albán! Te aseguramos que en cada visita descubrirás algo nuevo que te sorprenderá.
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