Un rostro, desde el imaginario, es multiplicidad

Por Amalinalli Armendariz

Ilustraciones cortesía de Lenka Holíková

Pensar en un nombre que identifica a un individuo conocido nos lleva a proyectar, en nuestra mente, una imagen de su rostro y un recuerdo de sus acciones. Sin embargo, cuando el sujeto nos es ajeno, tal vacío de información nos da la oportunidad de reinventarlo desde nuestra imaginación con gran número de posibilidades. Se trata de una invención infinita de posibilidades abiertas, combinaciones interesantes que permiten una creación aventurada.

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Lenka Holíková, vía Ricardo Camacho

El pasado 30 de octubre el Instituto Cultural México-Israel inauguró la exposición Proyecto Masaryk de la artista checa Lenka Holíková, bajo la curaduría de Marisol Hernández Rodríguez. Esta exposición consta de dos vídeos y diecisiete de los veintiún retratos de Tomáš Garrigue Masaryk que Lenka realizó a partir del imaginario mexicano.

Muchos lugares de la Ciudad de México han sido nombrados en honor del primer presidente de República Checa: escuelas, parques, tiendas de ropa, restaurantes, antros y, sin duda, la reconocida Avenida Presidente Masaryk. Sin embargo, ¿en quién piensa la sociedad mexicana cuando se habla de este personaje?

Lenka Holíková quiso encontrar respuestas a esta pregunta y les pidió a transeúntes de la ciudad, aquellos que caminaban por la Avenida Masaryk, que imaginaran y describieran cómo creían que lucía este personaje y quién había sido. Les preguntó datos importantes del personaje como su nacionalidad, profesión y, naturalmente, su descripción física para que ella hiciera retratos hablados.[1]

Así, el resultado fue de una gran diversidad de personas; la antítesis de Napoleón, hombres barbados o con bigote, de ojos grandes o pequeños; con cabello largo o corto, ingeniero o aficionado a la música de vinil, e inclusive de nacionalidad rusa. Pero, ¿corresponden estas especulaciones con el verdadero Tomáš Garrigue Masaryk? ¿Quién fue Masaryk?

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Masaryk, Charles Sarolea, 1921, vía Wikipedia

Tomáš nació el 7 de marzo de 1850 en el antiguo Imperio Austro-Húngaro. Fue un filósofo, pedagogo y periodista. En 1878 se casó con Charlota Garrigue, de quien adoptó su segundo nombre como propio, a modo de reconocimiento hacia ella. Sus ideales políticos le llevaron a escribir críticas del comunismo, el clericalismo, el absolutismo y el antisemitismo, que eran la realidad cotidiana de la clase baja en el imperio. También formó su propio partido político, el Partido Realista, que defendía el nacionalismo y las reformas.

Masaryk tuvo que exiliarse en México tras el estallido de la Primer Guerra Mundial; sin embargo, nunca se retiró de su lucha para liberar a su nación y establecer un régimen democrático. “Estas acciones le llevaron a fundar la República Checoslovaca, de la que se convirtió en presidente el 14 de noviembre de 1918” (Fernández, 2019). Estuvo en la presidencia durante diecisiete años, manteniendo su posición gracias a la misma democracia que defendía. Actualmente, es un ícono de nacionalismo y libertad para la sociedad checa.

 

En la inauguración de su exposición, Holíková mencionó que las líneas principales del pensamiento de Masaryk eran la verdad y el conocimiento agregando que, al estudiar su vida, era fácil notar su compromiso con la verdad, así como su pasión y confianza en la sabiduría y los libros.

En 1936, el presidente Lázaro Cárdenas decidió nombrar la avenida de Polanco “como reconocimiento a un gran demócrata y político europeo. México de esta manera expresó su apoyo a la democracia cuando en Europa aparecía el peligro de las dictaduras nazistas y se estaba acercando la segunda guerra mundial” (Embajada de la República Checa en México, 2019). Y en el año 2000, Praga donó a México una estatua del presidente Masaryk, actualmente localizada en la Glorieta Presidente T. G. Masaryk, que es idéntica a la que instalaron en el Castillo de Praga.

 

La nueva significación que el tiempo ha otorgado a Masayk en la sociedad mexicana, así como la apropiación y modificación de los lugares que llevan su nombre, es lo que le interesa a Lenka, pues el poder adquisitivo es lo que predomina en el imaginario. El apellido “Masaryk” se ha limitado solo al nombre de una avenida en Polanco, un sitio bonito: los ideales y líneas principales que regían su vida han desaparecido en los mexicanos, haciendo indispensable acercarlos a la vida de este gran hombre.

 

[1] Esta información la brindaron Lenka y Ricardo en la inauguración de la exposición; asimismo, hay más detalles de ello en las cédulas de la curaduría.

Agradecemos a Lenka Holíková por darnos la autorización de algunos dibujos que se encuentran en la exposición.

Bibliografía

Embajada de la República Checa en México (2019). “Avenida Masaryk en México, D. F.”. Consultado 2 noviembre 2019, obtenido de https://www.mzv.cz/mexico/es/sobre_chequia/presencia_checa_en_mexico/avenida_masaryk_en_mexico_d_f.html

Fernández, V. (2019). “Biografía de Tomáš Garrigue Masaryk, el creador de Checoslovaquia”. Red Historia. Consultado 2 Noviembre 2019, obtenido de https://redhistoria.com/biografia-de-tomas-garrigue-masaryk-el-creador-de-checoslovaquia/

Semblanza: Amalinalli Armendariz Jaramillo es egresada de la licenciatura de Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad Nacional Autónoma de México. Sus líneas de investigación se relacionan con la filosofía de la mente, filosofía del cuerpo, filosofía japonesa, el budismo, la meditación y otros aspectos relacionados al pensamiento oriental. Actualmente forma parte del grupo de Redacción Digital QUIXE.

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