Hoy portan con orgullo su identidad, sus costumbres y tradiciones.
Dentro de la diversidad de Oaxaca existe un pueblo heredero de la tercera raíz: el pueblo afromexicano. Sus habitantes son descendientes de los esclavos que llegaron de África y un largo proceso de mestizaje. Hoy portan con orgullo su identidad, sus costumbres y tradiciones. Se ubican en la Costa Chica del estado y parte de Guerrero y este es un reconocimiento a su historia pocas veces contada.
La llegada de los africanos a la Nueva España
Los orígenes del pueblo afromexicano en la historia de Oaxaca comienzan en el siglo XVI, cuando los primeros africanos llegaron a la Nueva España como parte de la trata de esclavos. Tras la caída de México-Tenochtitlan, en 1521, los colonizadores españoles comenzaron a traer esclavos africanos para suplir la disminución de la población indígena, afectada por enfermedades y explotación; fueron traídos principalmente de regiones de África Occidental.
En Oaxaca los esclavos africanos fueron utilizados en diversas actividades económicas. Trabajaron en plantaciones de caña de azúcar, minas y como mano de obra en las haciendas; pero también como capataces de la población indígena, por el grado de lealtad que podían tener hacia los españoles. La mayoría de estos africanos llegaban a través del puerto de Veracruz y eran llevados a Oaxaca por rutas comerciales bien establecidas.
La conformación de comunidades afromexicanas durante la Época Colonial
A lo largo del siglo XVII, la presencia africana en Oaxaca se consolidó. Se estima que para ese entonces existían alrededor de 20,000 africanos y sus descendientes en la Nueva España, lo que refleja una significativa importación de esclavos durante este periodo. Durante ese periodo comenzaron a surgir comunidades afromexicanas en regiones de la Costa Chica y parte de la región Mixteca; lo que hoy conforman territorios desde Acapulco, en Guerrero, hasta Huatulco, en Oaxaca. Con el tiempo, estas comunidades desarrollaron su propia identidad, mezclando elementos de las culturas africanas con las indígenas y españolas.
El siglo XVIII fue testigo de varios movimientos de resistencia entre los afrodescendientes en Oaxaca. En muchos casos, los africanos esclavizados lograron escapar y formar comunidades de cimarrones en zonas remotas, donde podían vivir con mayor libertad. La lucha por la libertad se intensificó en toda la Nueva España, y los afromexicanos de Oaxaca no fueron la excepción.
La Guerra de Independencia y la abolición de la esclavitud
El siglo XIX trajo consigo grandes cambios para el pueblo afromexicano. Con la Guerra de Independencia iniciada en 1810, muchos afrodescendientes vieron una oportunidad para luchar por su libertad. La abolición de la esclavitud permitió que muchos afrodescendientes en Oaxaca pudieran integrarse más plenamente en la sociedad. Sin embargo, la discriminación y el racismo persistieron, limitando las oportunidades y perpetuando las desigualdades.
Siglos XX y XXI, una lucha por el reconocimiento y la reivindicación
Durante el siglo XX, los afromexicanos de Oaxaca comenzaron a organizarse y luchar por el reconocimiento de sus derechos y su identidad cultural. En 1992, la Constitución de Oaxaca reconoció oficialmente la existencia y los derechos de los pueblos afromexicanos, lo que significó un paso importante hacia la igualdad. Y en el 2020, el censo de México incluyó por primera vez una pregunta sobre la identidad afromexicana, visibilizando a esta población en el ámbito nacional. Algunos de los pueblos de Oaxaca que destacan por su herencia afromexicana son San Juan Cacahuatepec, Collantes, Pinotepa Nacional y Santiago Llano Grande.
Actualmente el pueblo afromexicano está más vivo que nunca y lo demuestran con sus bailes, sus tradiciones y su orgullo de ser portadores de esa tercera raíz, que trajo y sigue aportando riqueza cultural a Oaxaca y a México.
Ahora que ya conoces la historia del pueblo afromexicano, échale un vistazo a: La comida afromexicana en Oaxaca y sus sabores