Los arquitos de Xochimilco, una postal a través del tiempo

Estás a punto de conocer la interesante historia detrás de esta construcción colonial. Sigue leyendo y entérate del nacimiento y ocaso del viejo acueducto de Oaxaca.

Es normal que dentro de nuestros viajes busquemos escenarios bonitos para tomarnos fotos que queden para la posteridad. En Oaxaca sobran lugares para poder captar un bello momento a través de la cámara, pero existe un punto icónico y con siglos de historia que te sorprenderá. Nos referimos al viejo a acueducto de San Felipe, mejor conocido como los arquitos de Xochimilco. No te pierdas de nada y descubre lo que está detrás de este sitio que fue clave para el desarrollo de la ciudad. 

La solución a un problema hidráulico: los arquitos de Xochimilco

Como toda construcción el acueducto de San Felipe, que se abastecía del manantial de San Felipe del Agua, respondió a una necesidad de suma importancia: resolver la poca viabilidad que había para llevar el vital líquido a todas las viviendas de la antigua Antequera. El asentamiento urbano se encontraba rodeado por los ríos Jalatlaco y Atoyac, pero crear un sistema hidráulico eficiente resultó una tarea casi imposible.

Arcos en Xochimilco / Carlos Bustamante

Imagínate que para llegar a la construcción de este acueducto pasaron más de 200 años en los que se intentó de todo. De hecho, se intentó sacar el agua del subsuelo por medio de pozos hasta establecer una cañería que con el tiempo se convirtió en una opción poco higiénica que enfermaba en la población.

Fue así como en 1722 se inició la construcción de esta maravilla de la ingeniería hidráulica, y solucionó los problemas que hasta antes habían aquejado a los habitantes de Antequera. Se edificó mayormente en cantera y supuso un reto debido a su longitud de casi 5 km y a las diferentes alturas que presentaba el terreno por donde pasaba

Ahora sí ¿Aguas para todos? 

El acueducto de San Felipe hizo posible el abastecimiento para toda la Ciudad, pues ya cerca del centro desembocaba en el Templo del Carmen Alto, en donde se almacenaba en cajas hidráulicas para de ahí administrarla con prudencia. También, a lo largo de su trayecto se crearon fuentes y salidas de agua para que la gente pudiera tomarla, mismas que hoy todavía se pueden ver y que han quedado como recuerdo de aquel capítulo en la historia de la ciudad.

Pero debido al incremento poblacional surgió la necesidad de obtener mayor cantidad del líquido por lo que el acueducto se volvió insuficiente para la demanda citadina. Debido a esto en el siglo XIX se construyó el acueducto de Huayapam y más tarde se optó por otras soluciones que dejarían obsoleta a la vía hidráulica de San Felipe del Agua

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De solución hidráulica a recuerdo

Todo por servir se acaba y el viejo acueducto de San Felipe no fue la excepción. Al tener mejores opciones para hacer llegar el agua hasta la ciudad de Oaxaca se dio por concluida la vida útil de esta obra y se cortó por la mitad hacia 1940, debido a que por ahí pasaría la Carretera Internacional, que conecta a Oaxaca de Juárez con el Istmo de Tehuantepec. 

Los arcos de cantera quedaron como un bello recuerdo de lo que en su momento fue una de las mejores soluciones urbanas que existieron para la época colonial. Poco tiempo después fueron restaurados y actualmente su belleza adorna las calles de la ciudad. 

Los arquitos de Xochimilco: un lugar súper instagrameables

Hoy en día los vestigios del acueducto quedan como testimonio de la Villa de Antequera y su recorrido a través del tiempo, pero eso no quiere decir que se no hayan aprovechado para distintos fines que hacen del barrio de Xochimilco un increíble lugar. Uno de los ejemplos más notables es la zona recreativa que se estableció alrededor del tramo conocido como “La Cascada”, en donde caminar o sentarse en una banca a platicar es solamente un pretexto para disfrutar de su tranquilidad; además, en tiempo de lluvias el sonido del agua al caer es verdaderamente imponente, ya que nos recuerda la fuerza de la naturaleza.

 

El otro tramo del acueducto se encuentra en lo que ahora es la calle de Rufino Tamayo, que corre en paralelo a la de Macedonio Alcalá. Aquí se ha desarrollado todo una traza urbana alrededor de los arcos de manera que para entrar a algunas calles tendrás que pasar justo por debajo. Además, el arte urbano ha llenado de color esta zona así que es el escenario perfecto para capturar el momento y compartirlo en tus redes sociales. 

Arquito de Xochimilco
Arco de Xochimilco / Carlos Bustamante

Ahora que ya conoces la historia del viejo acueducto de San Felipe te invitamos a visitarlo, tomarte una que otra foto y disfrutar de los establecimientos que se encuentran a su alrededor. Todo, en conjunto, hará de tu visita una experiencia única que sin duda querrás repetir.  

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