La variedad de Oaxaca va más allá de la gastronomía, la naturaleza y los festivales. Conoce las lenguas de Oaxaca y déjate sorprender.
Alfonso Arellano Hernández
In memoriam Thomas Smith-Stark y Otto Schumann Gálvez, grandes lingüistas, profesores y amigos.
I. ¿Diversidad e identidad? Las lenguas de Oaxaca
El moderno estado de Oaxaca se conoce mundialmente por diversos rasgos culturales: la exquisita comida, los grandes festejos como Guelaguetza o la “Fiesta del Chivo”, por sus playas pródigas —sobre todo la Costa Grande—, por las ruinas arqueológicas, etc. Ocasionalmente, alguien sabe los nombres de algunos de los muchos grupos que viven en Oaxaca, en especial zapotecas y mixtecas, y que corresponden a ciertos grupos lingüísticos. Aquí debo decir que saber un idioma, cualquiera que sea, no te hace miembro de la comunidad original, aunque da posibilidades (a mediano o largo plazos) de acercamiento a los modos de ser y las costumbres ancestrales de esa sociedad, y de ser aceptado por ella. Es decir: el idioma no confiere etnia.
II. Idiomas y regiones: variedad linguística
Gracias a los esfuerzos de muchos investigadores lingüistas a lo largo de la primera mitad del siglo xx, se logró establecer una serie de vínculos entre los varios idiomas hablados en Oaxaca, mismos que permitieron definir una gran Familia Lingüística: la Otomangue. Este grupo se encuentra formado por numerosas lenguas, reunidas en Subfamilias y Grupos, a saber:
Subfamilia Zapotecana: de Sierra Juárez, de Valles Centrales, de las Sierras (al sur), Chatino y Papabuco. Para diversos autores, se trata de al menos nueve idiomas.
Subfamilia Mixtecana: mixteca de Puebla, Baja, Alta, Costa, de Guerrero, quizás tacuate; además cuicateca y trique, y aparte el grupo amuzgo. También suman nueve.
Subfamilia Mazatecana: mazateca, ixcateca, chocho; y el grupo popolocano o ngíwa. Resultan cuatro lenguas.
Chinanteca: sus grupos son Ojiteco, de Quiotepec, de Palantla y de Lalana, y en total suman nueve idiomas que se distinguen de acuerdo con la región donde se habla, por ejemplo chinanteco de Usila, de Yolox, de Valle Nacional, etc.
Otra Familia es la Mixe-Zoqueana, constituida por mixe, zoque y popoluca. Este último no se habla en Oaxaca.
La Familia Hokano-Coahuilteca o Coahuilteca, de origen norteño, tiene representación en Oaxaca: es el chontal de Oaxaca o tequistatleca. Los hablantes viven en parte de la Costa Grande, hacia el occidente.
La Familia Huave también se conoce para Oaxaca y es única. Se ubica en el Golfo de Tehuantepec, en las Lagunas Superior e Inferior, y por tanto se les nombra mareños.
Por último, la Familia Yuto-Azteca llegó muy tarde a Oaxaca (aproximadamente hacia el siglo xiii d.C.), con el náhuatl y se encuentra en la frontera con Puebla.
Como se aprecia, en Oaxaca hoy se hablan 36 idiomas, aunque hay mucha discusión al respecto, pues los especialistas los agrupan y separan de acuerdo con varios criterios lingüísticos. Así, se ha llegado al consenso de 16 Familias (no idiomas) (figura 1), aunque este número varía de acuerdo con otras propuestas.
III. La historia detrás de los idiomas en Oaxaca
Ahora bien, aunque no contamos con muchos datos, puede esbozarse la antigüedad de los pueblos hablantes de esos idiomas. Al parecer los huaves tienen el distintivo de contarse entre los primeros, seguidos por la gran Familia Oaxaqueña: zapotecas, mixtecas, mazatecas, hacia 2,500 a.C. Por supuesto, en ese entonces no existían todos los idiomas modernos, de suerte que la variedad idiomática no era tan amplia.
Entre 1,500 y 600 a.C., los mixe-zoques ya habían entrado a territorios hoy oaxaqueños y se extendían por el Istmo de Tehuantepec hacia las costas de Chiapas y Guatemala. También los chontales se habían establecido en la Costa Grande. Y los chinantecas se movían de la Costa del Golfo de México hacia el sur: a la Mixtequilla y la Sierra Juárez. Mientras tanto, las tres familias oaxaqueñas se repartían aproximadamente por las regiones que ocupan en la actualidad (figura 2).
Durante la época Clásica (siglos iii–ix d.C.), los numerosos hablantes ocupaban casi las mismas regiones que hoy en día; estas zonas fueron encontradas por los conquistadores y frailes europeos en el siglo xvi (figura 3). Gracias a la labor de los sacerdotes, hoy sabemos muchos detalles culturales que, de otra forma, se hubieran perdido: gramáticas o artes, vocabularios y calepinos, etc.
IV.
Puede observarse que Oaxaca no sólo cuenta comida, monumentos, tradiciones, sino también una vasta cantidad de culturas y, por lo mismo, de pueblos y tradiciones que se deben conservar gracias a los idiomas.
A lo largo de muchos años, he tenido la oportunidad de contar con alumnos de origen zapoteca, mixteca, cuicateca, mixe, maya yucateco, nahua, purépecha, etcétera. He aprendido mucho con ellos, pues me han compartido sus saberes. Pero mi pregunta invariable es: “¿sabes el idioma de tus abuelos?”. La mayoría de las veces responden que no, y unos pocos dicen que sí. Entonces les planteo la relevancia de aprender las lenguas de sus antepasados en sus casas, en sus pueblos, compartiendo labores con los paisanos y amistades.
Los valores que nos enseña una institución educativa, como cualquier universidad o escuela de enseñanza superior no están peleados con los que aprendemos con la familia y que mamamos desde bebés. Hablar los idiomas de nuestros abuelos nos hace más conscientes de nuestra realidad: nos da pautas de comprender y convivir con culturas distintas a la nuestra, y aceptarlas gracias a las diferencias.
Ahora que conoces más sobre las lenguas de Oaxaca, quizá te interese leer: Las literaturas en lenguas indígenas en Oaxaca