La participación de Oaxaca en la Independencia de México
Conoce la historia alterna de la Independencia de México en estas fechas en las que nuestro espíritu patriótico florece más que en cualquier otra época del año y nuestra mente histórica suele trasladarse inmediatamente a Guanajuato, la tierra donde el cura Hidalgo dio inicio a la lucha por la Independencia.
La historia alterna de la Independencia de México: 4 próceres oaxaqueños
Este episodio que nos consolida como mexicanos también cobró relevancia en la historia de Oaxaca y para celebrarlo, hoy te contamos sobre cuatro personajes históricos originarios de este bello estado que quizá no conocías. Quédate y entérate de cómo estos próceres de la patria colocaron en alto el nombre de Oaxaca en este capítulo tan importante para la historia de México.
Antonio de León y Loyola
Nació en Huajuapan el 4 de junio de 1794. Se dice que desde niño quería dedicarse a la milicia, así que, con tan solo 15 años, en 1811, obtuvo el cargo de alférez de la compañía de su localidad; tres años después ascendió a teniente y tres más tarde, a capitán. Comenzó peleando del lado de las tropas conservadoras, pero cerca de la Consumación de la Independencia, en marzo de 1821, se unió a la causa insurgente.
Por su valentía, Iturbide lo nombró Comandante de las Mixtecas, es decir, del territorio que actualmente abarca la región Mixteca de Oaxaca, mismo lugar donde actuaría la mayor parte de su vida militar, tratando de mantener la paz en cualquier rebelión que se levantara contra el gobierno independentista.
En 1843, como homenaje, se añadió su apellido a la Villa de Huajuapan, conociéndose desde ese entonces como Huajuapan de León. Falleció en la Ciudad de México, durante la Batalla del Molino del Rey, que tuvo lugar el 8 de septiembre de 1847, en los límites del Bosque de Chapultepec.
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Carlos María Bustamante
Nació el 4 de noviembre de 1774 en la Ciudad de Oaxaca. Estudió filosofía y teología en el seminario de su tierra natal, y también se formó en letras, artes, jurisprudencia e idiomas en la Ciudad de México. Abrazó la causa independentista a partir de 1812, pero dadas sus múltiples y complejas actividades no se le puede encasillar en una sola función, ya que fue político, escritor y editor de obras esenciales para la historia del México decimonónico.
Entre sus libros más importantes se encuentran Mañanas de la Alameda de México, Historia del Emperador Don Agustín de Iturbide, Apuntes para la Historia del Gobierno del Gral. Santa-Anna y, la más conocida, Cuadro Histórico de la Revolución Mexicana, comenzada el 15 de septiembre de 1810, redactada en seis tomos.
Se dice que murió de tristeza el 21 de septiembre de 1848 en la Ciudad de México, después de luchar incansablemente por la causa independentista y ver ondear la bandera estadounidense en el zócalo capitalino.
José María Murguía y Galardí
Nació en 1769. Estudió en el seminario de Santa Cruz en donde obtuvo el título de bachiller. En 1812 fue el primer intendente de Oaxaca en el México insurgente, algo parecido a lo que hoy representa la figura del gobernador. No por nada tiene su propia calle, que atraviesa el corredor turístico Macedonio Alcalá.
Como fruto de su periodo de intendencia escribió Apuntamientos estadísticos de la provincia de Oaxaca de esta Nueva España. Su trabajo es esencial para saber cómo ha evolucionado la Ciudad de Oaxaca a través de los años, pues permite comparar las cantidades de población y de granos producidos y exportados por casi 100 años. No se sabe con exactitud cuándo murió.
Manuel Sabino Crespo
Nació el 3 de enero de 1773 en Ejutla, hoy llamada Ejutla de Crespo en su honor. Estudió en los seminarios de Santa Cruz y San Bartolomé y fue ordenado sacerdote en 1803. Cuando las tropas de Morelos entraron en la Villa de Antequera, el padre Crespo acudió con él para mostrarle su simpatía a la causa insurgente, lo que le valió la excomunión de la Iglesia. Pero él, que era un hombre de letras, sabía que en algunos casos la Institución actuaba más por motivos políticos que espirituales, por lo que creyó firmemente que esa excomunión era inválida ante los ojos de Dios.
Su principal papel dentro de la insurgencia fue cuidar las necesidades espirituales de la feligresía que simpatizaba con el movimiento. Se dedicó sobre todo a abrirle los ojos a la gente, predicando que no tuvieran miedo del discurso de los obispos y curas conservadores, quienes decían que estar a favor de las ideas independentistas automáticamente significaba la condenación. Fue fusilado el 14 de octubre de 1814.
Oaxaca siempre nos sorprende y en este episodio de la historia no podía ser la excepción; ahora ya conoces una cara alternativa de la lucha por la Independencia. ¡Que vivan los oaxaqueños que nos dieron patria, viva la siempre bella Oaxaca y VIVA MÉXICO!
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