La historia del baile Flor de Piña dota de identidad a la Cuenca del Papaloapan
Sin duda, la Guelaguetza es la fiesta más importante de Oaxaca y una de las más representativas de México en el mundo. Aunque cada presentación tiene su belleza particular, no podemos negar que año con año, una de las más esperadas es la de la delegación de Tuxtepec con el baile Flor de Piña.
Detrás de esta muestra de folclor se esconde una historia desconocida que construyó buena parte de la identidad del lugar; ésta forma parte de la diversidad de grupos étnicos, el colorido y la alegría que convierten a esta celebración en una experiencia que no tiene comparación.
¿Quieres conocerla? Acomódate y quédate hasta el final porque te la vamos a contar completa. Comencemos con unos cuantos antecedentes.
“Homenaje Racial” en los Lunes del Cerro, el origen de la Guelaguetza
Hay quienes afirman que la Guelaguetza tiene sus antecedentes en la época prehispánica y que era una celebración dedicada a Centéotl, deidad zapoteca del maíz; sin embargo, no existen fuentes históricas que confirmen tal aseveración.
Actualmente en esta fiesta se conjugan elementos de todos los periodos históricos, incluyendo el prehispánico; por ejemplo, la figura de la diosa Centéotl se retoma con la elección de una mujer que representará la belleza y el orgullo de ser oaxaqueña por todo un año.
Pero lo que sí podemos decir es que el precursor de la Guelaguetza fue el “Homenaje Racial”, una celebración creada en 193. En esta celebración buscaban enaltecer los diversos grupos étnicos que existían —y a la fecha lo siguen haciendo— dentro del territorio oaxaqueño.
Esa diversidad sería la clave del orgullo del estado. Dos décadas después, en 1953, la máxima fiesta de los oaxaqueños se estableció con un formato muy parecido al que actualmente conocemos; además se conformó un espacio para que cada región mostrara la riqueza de su cultura.
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El Baile de Flor de Piña, Oaxaca: Tuxtepec presente
Ese mismo año la delegación de Tuxtepec, ubicada en la cuenca del río Papaloapan, fue invitada a esta magna fiesta y sorprendió a todos cuando sus integrantes llegaron portando el traje típico jarocho; de hecho, sus músicos interpretaron La bamba con arpa y jarana. En ese entonces, esa era la música de la región, pues su ubicación es más cercana al estado de Veracruz que a los Valles Centrales; pero las autoridades llegaron a la conclusión de que ese número no representaba la identidad oaxaqueña.
Cinco años después, en 1958, se le pidió a la maestra de danza Paulina Solís Ocampo que creara una coreografía para unificar la identidad de los municipios que conformaban el distrito; así fue que convocó a chicas de todos los pueblos de la región y creó una coreografía para reflejar la alegría y vivacidad de su gente.
¡Baila la Flor de piña!
El bailable completo se atribuye a tres personas, ya que sin la participación de alguna de ellas Flor de piña no sería como lo conocemos hoy en día. Mientras que la coreografía fue creada por Paulina Solís, la música ya existía previamente y fue una composición del oaxaqueño Samuel Mondragón Noriega; a la maestra de danza se le pidió montar los pasos para esta melodía en específico. También se atribuye autoría al poeta Felipe Matías Velasco, quien fue el creador de la Bienvenida y el poema que se recita cuando las bailarinas van entrando (titulado con el nombre del bailable).
El vestuario típico de esta presentación es un mosaico de los huipiles de la región, el peinado está conformado por largas trenzas adornadas con listones y originalmente se bailaba sin zapatos; pero en los últimos años la delegación se ha presentado ocasionalmente con unos sencillos huaraches; estos le permiten al huipil seguir atrayendo las miradas de los espectadores.
Pero sin duda alguna la protagonista es la piña, pues este bailable representa un agradecimiento por la abundancia de la cosecha de la fruta, que anualmente se repite en la Cuenca del Papaloapan.
Bonus: datos curiosos sobre la danza Flor de Piña
Desde el principio la coreografía fue creada intencionalmente para presentarse en la Guelaguetza, pero no siempre ha sido así como la conocemos. ¡Aquí te van algunos datos!
- El baile se dispuso para comenzar con otra pieza musical. Originalmente se había ensayado con el vals Olímpica de José Herrera; pero justo cuando las bailarinas iban a iniciar su presentación la banda entonó La Tonalteca; y no les quedó más remedio que improvisar. De ahí en adelante, adaptaron los pasos para que dicha composición se tocara a la entrada y a la salida.
- El segundo año en el que presentaban la coreografía se incluyó la presencia masculina; pero tuvieron que volver a su participación original, exclusivamente femenina, tras escuchar que al público cautivaba la presencia de tan hermosas mujeres.
- En un inicio este colorido bailable ocupaba el tercer lugar en el programa; sin embargo, se dieron cuenta de que una vez que se presentaba, el público comenzaba a retirarse como si estuviera satisfecho. La efusión de las tuxtepecanas es incomparable, por ello ahora el baile se ubica cerca del final
La belleza de Flor de piña vuelve a este baile algo único; con él nos damos cuenta de que la riqueza cultural de Oaxaca data de todos los tiempos. El orgullo de pertenecer a este estado radica en su diversidad y la Guelaguetza, año con año, se encarga de dar cuenta de ello.
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