Diego C. Améndolla Spínola
Los títulos nobiliarios encuentran su origen en la Edad Media. Desde el siglo IX, es posible encontrar referencias al nombramiento de condes, duques y marqueses, títulos que se usaron cada vez con mayor frecuencia a lo largo de las siguientes centurias y que llegaron hasta la Nueva España, particularmente al valle de Oaxaca.
Origen de la nobleza oaxaqueña y el título de marqués del Valle de Oaxaca
En 1529 el rey Carlos V concedió por primera ocasión el marquesado del Valle de Oaxaca. Dicho título nobiliario fue otorgado a un conquistador del Nuevo Mundo muy conocido por la historia: Hernán Cortés. Después de lograr conquistar varias regiones de la Nueva España, además de sortear un conjunto importante de conflictos y batallas, el conquistador obtuvo el título de marqués del Valle de Oaxaca; este nombramiento correspondía a las regiones que actualmente comprenden a Oaxaca, Veracruz, Michoacán, el Estado de México y la Ciudad de México; con esto se iniciaría la historia de los títulos el Nuevo Mundo.
Primera herencia del título
Como la tradición y el derecho lo dictaban, los títulos nobiliarios eran hereditarios. En consecuencia, tras la muerte de Hernán Cortés, fue su hijo Martín Cortés de Zúñiga quien, en 1547, recibió el título de II marqués del Valle de Oaxaca. El nombramiento no sólo le dio continuidad al título, sino que hizo del único hijo legítimo de Hernán Cortés el primer marqués de dicha zona.
Problemáticas en la herencia del título
Tras la muerte de Martín Cortés, en 1589 el título pasó a su hijo Fernando Cortés Ramírez de Arellano, nombrado III marqués del Valle de Oaxaca. No obstante, el nieto del conquistador de la ciudad de México-Tenochtitlán no ostentaría el título por mucho tiempo. Fernando murió sin descendientes en 1602, por lo que el título pasó a su hermano Pedro Cortés Ramírez de Arellano, designado IV marqués del Valle de Oaxaca.
Pedro Cortés tuvo un proceso muy similar al de su hermano. Ejerció su título, pero tampoco tuvo descendencia, por lo que fue su hermana Juana Cortés Ramírez de Arellano quien lo ostentó como V marquesa del Valle de Oaxaca; no obstante, debido a su muerte, nunca llegó a ejercer el titulo por lo que pasó directamente a su hija Estefanía Carrillo de Mendoza y Cortés; ella fue la última persona de descendencia directa de los Cortés que ostentaría el título y nombre de VI marquesa del Valle de Oaxaca, pues el título continúo siendo heredado por parte de la familia de su esposo.
Como has podido observar, el nombramiento de Hernán Cortés como primer marqués del Valle de Oaxaca tuvo continuidad durante casi un siglo. Su hijos, nietos y nietas gozaron de la herencia de dicho título, hasta que dejó de formar parte de la familia directa de Cortés. Ésta y otras tradiciones provienen de la Edad Media y algunas incluso perviven hoy en día.
