Diego C. Améndolla Spínola
Las agrupaciones de fieles han sido una constante desde los primeros siglos del cristianismo. Una de las asociaciones más importantes fueron las cofradías medievales. Tanto en Oaxaca como a lo largo de las tierras conquistadas, estas instituciones novohispanas se dedicaron a la asistencia social y a la realización de obras piadosas; también poseían funciones económicas, como el préstamo de dinero, de donde provino su enorme crecimiento y su futura amenaza contra las autoridades laicas y religiosas.
¿Qué eran las cofradías medievales?
Surgidas posiblemente hacia el siglo III, las cofradías fueron asociaciones de feligreses cristianos que se desarrollaron a lo largo de la Edad Media; obtuvieron su reconocimiento oficial en el siglo XII por el papado y llegaron a tierras americanas como consecuencia de la conquista del Nuevo Mundo. Estos grupos, públicos o privados, estaban conformados por fieles que se dedicaban a la asistencia de los enfermos, cuidado de los ancianos y huérfanos; así mismo, daban alojo a los peregrinos y realizaban otro sinfín de actividades sociales.
Las cofradías en la Nueva España
Desde principios del siglo XVII, la institución papal se dio a la tarea de reglamentar las cofradías, definir sus espacios y limitaciones, a través de diversos documentos que daban fe de la importancia de estos grupos. Asimismo, las cofradías en el Nuevo Mundo estuvieron íntimamente ligadas a los gremios, pues era común que los agremiados eligieran un santo de su devoción y conformaran una cofradía. A pesar de su importancia, fue hasta el siglo XVIII cuando hubo un importante incremento en el número de estas asociaciones. Para este siglo, los cofrades no sólo se dedicaban a la asistencia social y a la realización de obras pías, sino que también otorgaban préstamos monetarios; incluso eran parte de la hipoteca de bienes inmuebles. Estas actividades se tradujeron en un crecimiento económico que les permitió hacerse de tierras y cabezas de ganado.
Las cofradías en Oaxaca
Dada la importancia de estas agrupaciones, su existencia se extendió a lo largo y ancho de los territorios conquistados; y el valle de Oaxaca no fue la excepción. En esta región, la mayoría de las cofradías fueron dedicadas a Cristo o a la Virgen María; su fundación respondió a la necesidad que tenían los indios de defender sus bienes de las autoridades locales; de hecho, muchas de ellas se encontraban encabezadas por indígenas. Tanto fue su éxito que para finales del siglo XVIII contaban con grandes cantidades de dinero y de terrenos; su riqueza fue tanta que la diócesis no tenía información clara sobre el total de bienes que tenían dichas asociaciones.
Problemáticas
Dado el enriquecimiento de las cofradías y la ausencia de información sobre los bienes que ostentaban, hacia finales del siglo XVIII las autoridades laicas se dieron a la tarea de investigar la manera en que éstas se habían hecho de los terrenos y el ganado. Las investigaciones arrojaron que los cofrades obtenían sus bienes de mano de particulares, quienes otorgaban dinero o ganado para la celebración de fiestas religiosas. Así mismo, sus riquezas provenían también de indios que vendían sus pertenencias para comprar una finca; en realidad, las ganancias de esas propiedades eran utilizadas para llevar a cabo otras fiestas religiosas. Con estos ingresos se acrecentó rápidamente el poder económico de las cofradías y se convirtieron en un medio para que los indígenas aumentaran sus bienes e hicieran uso libre de los fondos que poseían.
Reformas
Dada la importancia y poderío de las cofradías, hacia finales del siglo XVIII se obligó a todas estas agrupaciones, incluidas las de Oaxaca, a obtener una licencia real, redactar sus constituciones y presentarse ante el arzobispado. Estas medidas tenían como fin que tanto las autoridades laicas como religiosas lograran tener mayor control sobre ellas; y, al mismo tiempo, buscaban clarificar el origen y administraciones de los bienes y pertenencias que habían adquirido.
¡Vaya fenómeno que fueron las cofradías! Iniciadas como agrupaciones de fieles devotos a una figura religiosa terminaron como verdaderos grupos económicos. Con todo este poder, significaron un problema para las autoridades hispanas y novohispanas, al punto que tuvieron que reformarlas para lograr tener mayor control sobre ellas.
Ahora que conoces más sobres las cofradías medievales en la Nueva España, échale un ojo a: La evangelización de Oaxaca
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