Istmeña, humanista y emprendedora: te presentamos a Marahí López, chef y fundadora del restaurante Comixcal.
Scarlet Rubí
Ya conoces Comixcal, un lugar en la Ciudad de México donde a diario suceden magníficos encuentros con la comida oaxaqueña. En esta ocasión, entrevistamos a Marahí López, chef y fundadora de este magnífico restaurante, quien nos compartió los hitos de su vida profesional. Sigue leyendo para conocer los caminos que la llevaron a poner los límites de la gastronomía, si estos acaso existen, mucho más allá de la cocina.
Aperitivos juchitecos
Marahí López es originaria de Juchitán, un lugar en el glorioso Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, donde las fiestas no conocen de sencillez, y donde se honra la comida y a los santos por igual.
Marahí nos cuenta que desde pequeña apreció la estrecha relación que existe entre los oaxaqueños y la alimentación, al grado de que forma parte ya de su esencia. Asimismo, pronto aprendió a desenvolverse en la cocina y tuvo una serie de vivencias que le dejaron gratos recuerdos, siempre ligados con la comida; esto le confirmó que quería hacer de ese mundo su profesión.
Después de un breve paso por la licenciatura en Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, llegó a la carrera de Gastronomía en el Claustro de Sor Juana. Aquí, nos platica, fue donde al fin se juntaron sus dos grandes pasiones: lo culinario y las ciencias sociales, pues si algo le agradó del plan de estudios de esta institución fueron sus rasgos humanistas que le permitieron enfocarse en lo que más deseaba: la cocina tradicional.
Probaditas laborales
Antes de terminar sus estudios en el Claustro, Marahí López entró a Larousse en 2009, donde pudo trabajar y complementar su formación durante tres años al realizar diferentes tareas, como la elaboración de libros o textos de cocina, revisiones y food styling, con lo cual probó otras aristas de la gastronomía. Para este propósito, también le sirvió postularse a la beca de la fundación Turquois, la cual obtuvo en 2012.
Al término de estas actividades, era una recién egresada que se enfrentaba a un mundo laboral que no presumía de muchas opciones. Sin embargo, este periodo se llenó de grandiosas oportunidades.
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Un plan de estudios bien horneado
En 2013, llegó a la entonces Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (hoy el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas), donde trabajó con Octavio Murillo y llevó a cabo diferentes investigaciones, especialmente sobre utensilios de cocina, o curaduría para exposiciones sobre el mundo culinario de los pueblos indígenas.
A la par, durante ese año trabajó en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) en un importante proyecto: la creación del plan de estudios de la nueva licenciatura en Gastronomía, que se impartiría en las aulas de la principal universidad pública del estado. Tomó como punto de partida lo oaxaqueño y lo regional, se guió por el principio de su propio desarrollo personal y gastronómico: que los egresados no solo aprendieran a cocinar, sino también a desempeñarse en otras áreas muy necesarias, como la difusión, la investigación y la producción de conocimiento académico.
«Actualmente, Oaxaca es una de las mecas más importantes de la cocina a nivel nacional e incluso a nivel mundial«, nos dice la chef juchiteca; por lo tanto, los gastrónomos deben ser capaces de desempeñarse en otros campos de la cocina.
Comixcal: la cereza del pastel
Otro de los sucesos más importantes que ocurrieron en esos años fue el encuentro de Marahí con el profesor Alexis Jiménez, a quien conoció en la UABJO y quien se convertiría en su socio comercial y de vida en sus futuros proyectos.
Establecidos en la Ciudad de México, Marahí y Alexis crearon su propia marca de mezcal: Bi’cu Xolo. Gracias a su éxito, terminaron de consolidar su siguiente proyecto. Como los clientes constantemente preguntaban sobre un lugar para disfrutar de Bicu’ Xolo por copeo, se convencieron de crear ese lugar con un restaurante.
Finalmente, después de un año de arduo trabajo y preparaciones, Comixcal, nuestro lugar favorito para disfrutar la comida istmeña, abrió sus puertas en la capital del país el 3 de junio de 2017.
Por supuesto, la trayectoria de Marahí no termina aquí; si bien la apertura del restaurante fue el final de un gran recorrido, también fue el inicio de nuevas experiencias. Te invitamos a estar al pendiente de nuestro siguiente artículo, en el que te contaremos acerca de ellas. Estamos seguros que, al igual que los platillos de Marahí, las historias detrás de Comixcal sabrán deleitarte.
Antes de irte a probar un buen platillo en Comixcal, échale un vistazo a: Comixcal: un tesoro oaxaqueño de la CDMX