El alcohol en la Nueva España tuvo muchos tintes; por ejemplo, la producción de estas bebidas no fue una empresa fácil de llevar. Las autoridades observaban el consumo de licores como un hecho perjudicial para la salud de la población, por lo que la producción de algunas bebidas embriagantes se prohibió; por ello, durante varios años éstas se vendieron de forma ilegal. Acompáñanos a saber un poco más sobre el contrabando de alcohol en el Nuevo Mundo.
Prohibición del alcohol
Bebidas como el mezcal y el chiringuito fueron las principales en ser prohibidas. Desde los primeros años de la conquista, autoridades laicas y eclesiásticas señalaron el gusto de los naturales por el alcohol, por lo que no tardaron en condenar el consumo de las bebidas antes mencionadas. Esta restricción, decían, se debía a que ambas bebidas eran nocivas para la salud.
Contrabando del alcohol en la Nueva España
Debido al alto consumo entre la población indígena, los productores no tardaron en buscar la manera de continuar con su venta. Una de las estrategias, fue cambiar el nombre al mezcal y el chiringuito con el fin de confundir a las autoridades. De esta manera, se les llamaba vino o pulque, bebidas cuya venta no estaba prohibida; el primero debido a que ya no se producía en España y el segundo porque se pensaba que tenía propiedades curativas.
El contrabando de alcohol se dio principalmente en Nueva Galicia, Nueva Vizcaya y el norte del reino, debido a que el gustó por los licores se encontraba muy arraigado.
Respuesta de las autoridades ante el contrabando
Como consecuencia de la poca eficacia que tuvo la prohibición de estas bebidas, las autoridades laicas novohispanas tomaron dos posturas diferentes: algunas personas continuaron promoviendo la prohibición, sin evidenciar su postura ante el contrabando; mientras que otros grupos señalaron la imposibilidad de llevar a cabo la veda y propusieron crear leyes que limitaran la producción y el consumo de mezcales y chiringuitos.
Los eclesiásticos, por su parte, siguieron apoyando la prohibición, con el fin de evitar la embriaguez, al punto en que en lugares como Michoacán el consumo de estas bebidas recibió la pena de excomunión.
Como has podido ver, el contrabando de bebidas embriagantes fue todo un problema para las autoridades españolas. A pesar de prohibir su consumo, muchos habitantes se dieron a la tarea de producir alcoholes como el mezcal y el chiringuito y venderlo entre la población; finalmente, con todas estas circunstancias, la Corona cambió el rumbo y sólo buscó limitar el consumo de estos productos.
¿Quieres saber un poco más sobre el alcohol en la Nueva España? Acompáñanos a leer: Nueva España, el origen del Mezcal