La casa Jiménez lleva consigo varias generaciones produciendo mezcal. Déjate impresionar por la historia y las botellas que nos regalan con su Mezcal del Amigo y Mezcal Fidencio.
El sabor de un mezcal nace del tiempo, de la tierra, del azúcar que ha acumulado el maguey. Así es: los años les dan sabor a nuestros destilados. En las marcas de mezcal, no ocurre necesariamente lo mismo. Hay tantas variables y tantos sabores por encontrar, que cada marca tiene sus toques y notas especiales. Sin embargo, si no quieres arriesgarte y buscas unos mezcales con mucha tradición, te presentamos hoy el Mezcal del Amigo y Mezcal Fidencio, unas botellas que han ido perfeccionando su sabor por más de 70 años.
Quédate un poco más y aventúrate a conocer el corazón y la historia de la casa Jiménez, un legado que se ha tatuado en los genes de más de tres generaciones.
¿A qué sabe la tradición? Mezcal Fidencio
Lo que implica que cuatro generaciones hayan producido un mezcal se traduce en la perfección de una botella. La casa Jiménez entrega un amor y una dedicación en el mezcal que se lleva inscrita en los genes. Siempre habrá nuevas marcas que uno debería probar, pero es muy difícil hallar el vínculo y compromiso que un maestro mezcalero tiene con cuatro generaciones a cuestas.
Todo comenzó en el Matatlán de hace más de 70 años. Allí, cuando las calles aún eran polvo y tierra, vivió la cabeza de la casa Jiménez: don Fidencio. En aquellos tiempos el maestro producía un destilado que bastaba para su consumo personal y para compartirlo entre sus seres más queridos. Lejos de caballos y complejos procesos, sus manos y el ingenio eran la machaca que creaba su mezcal.
La tradición continuó con don Enrique, su hijo, y ésta llegó a las manos del nieto Isaac, amante de la música y de las buenas fiestas. La mezcla de ambos llevó a tornar este gusto en una profesión que ayudó a sostener a la familia. Poco a poco, la devoción de ambos afianzó la casa, y el sabor de su mezcal comenzó a distinguirla.
La mano del maestro Enrique Jiménez
Con los años, su hijo don Enrique Jiménez aprendió a cómo destilar, fermentar y darle vida y sabor al mezcal. Se trata -ni más ni menos- del actual maestro mezcalero de la casa Jiménez, el creador de los sabores del Mezcal del Amigo y Mezcal Fidencio.
Sus mezcales, pues, son un producto de una hechura especial, nacido de la tradición y el cariño que sólo se puede tener por los abuelos y los padres. La casa Jiménez no sólo produce un mezcal, sino que en cada botella crea tradición y sabores que han sabido atravesar el tiempo.
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Las marcas: Mezcal del Amigo y Mezcal Fidencio
Hablemos ahora de las dos marcas. Bajo el nombre Mezcal del Amigo, se produce un mezcal espadín desde el año 1988; en ella puedes encontrarlo reposado y añejo. La segunda nace en honor del fundador de la casa: Mezcal Fidencio. Bajo este nombre la Casa Jiménez ofrece una gama más amplia en los agaves, que van desde el clásico espadín, hasta los silvestres tobalá, cuishe y tepextate, y no deja de lado los de pechuga o los de frutas de temporada. Eso sí, cualquiera que elijas llevará consigo la tradición de varias generaciones.
Pero esto no acaba aquí; debes saber que hay más proyectos dentro de la Casa Jiménez, como su producción Tierra blanca, creada con unos agaves súper seleccionados, y algunos más que esperamos ver pronto frente a nosotros.
El mezcal que recomiendan
El Mezcal del Amigo y el Mezcal Fidencio ofrecen una amplia variedad y decidirse por uno resulta toda una aventura. De parte de Alina Jiménez, la quinta generación de la casa, hemos recibido un buen consejo para elegir cada botella:
“En lo personal, me encanta el Mezcal del Amigo, porque va mejor con un copeo largo por sus 38 grados de alcohol; es un grado muy noble para botanear o estar copeando. Fidencio es un grado mayor (47-48 grados); es súper rico, los sabores se concentran de manera mágica y explotan en el paladar; es un mezcal más para saborear.”
Finalmente, como una guía para ir conociendo más sabores, Alina nos insta a darle oportunidad a muchas marcas, mientras busquemos que sean de buena calidad. De acuerdo con su experiencia, esa es la manera en que “vamos adquiriendo conocimientos y experiencias y nos vamos dando cuenta de cuál es el mezcal ideal para cada uno y qué sensaciones deja en el cuerpo durante y después de tomarlo”.Rotar de vez en vez con las marcas siempre nos ayudará a afilar ese buen gusto por esta bebida ancestral.
Así que ya sabes, si buscas un gran mezcal, con tradición, generaciones y compromiso, debes darte una oportunidad con Mezcal del Amigo y Mezcal Fidencio. En cada onza te encontrarás con los esfuerzos de don Enrique, el entusiasmo del abuelo Isaac, los viajes de don Enrique y los primeros destilados de don Fidencio. Con estas credenciales generacionales, sólo te podemos augurar un enamoramiento de sabores y un placer gustativo que jamás olvidarás.
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