¿Cómo es nuestra atención cuando estamos en un lugar nuevo, una ciudad, un país, una casa o cualquier otro lugar? Tenemos esa vista que capta lo diferente, la cual se va perdiendo si al final hacemos de esos espacios algo familiar; como consecuencia, nunca los vamos a poder ver como al principio. ¿Qué haríamos si tuviéramos una forma de asirnos a esa visión de lo nuevo? Jaime Levin, con su proyecto Once in Oaxaca, registra con su mirada esas cosas que lo sorprenden de nuestra ciudad y que para nosotros son algo cotidiano; nos hace observar lo que nunca habíamos visto o lo que habíamos olvidado.
Este descubrimiento de lo otro se traduce en ilustraciones que cautivan por su colorido y estética de sketch. Levin, gracias a su formación de arquitecto, se interesa por la representación de las cosas en general: fachadas, calles, objetos y cualquier elemento que llame su atención.
La obra de Jaime Levin
Sus investigaciones se basan en las cosas que despiertan su curiosidad y cómo lo del día a día puede detonar rompimientos, nuevas formas de ver las cosas. El trabajo de Levin busca provocar el descubrimiento, abrirnos al misterio de una manera divertida y accesible para todos. Este rompimiento de los límites no sólo es conceptual sino también mediático, desdibuja la división entre procesos manuales y digitales.
Aunque su trabajo siempre parte de una investigación teórica, contextual y conceptual, no quiere decir que sea frío o sin emociones; al contrario, cada trabajo está cargado de experiencias personales. Su interés desarrolla cómo las ideas arquitectónicas y artísticas pueden tener un impacto social positivo y, al mismo tiempo, detonar preguntas en las personas sobre su cotidianidad.
El mundo y su obra
La representación no consiste en un registro literal de las cosas, sino más bien en una interpretación con base en la forma de ver el mundo ajeno; se retratan las influencias, las reflexiones, la experiencia primigenia que tuvo al experimentar por primera vez el fenómeno. Por otro lado, un entorno nuevo y diferente también influyen en nosotros; la representación no es un camino de una sola vía, nos revela y descubre aspectos internos de nosotros mismos.
Asimismo, la ciudad no es un espacio inerte, nutre y se nutre de las vivencias de las personas que la transitan, por lo que el entorno también repercute en el estado de ánimo. Su proyecto Once in Oaxaca partió de compartir la belleza del lugar, pero en un formato artístico y divertido: es un intercambio de experimentos y observaciones diarias como extranjero, pero también cada vez más como local. Su trabajo registra esa transición de lo extraño a lo familiar.
El valor de la obra de Jaime Levin se muestra al detonar en nosotros una mirada nueva sobre nuestro entorno del día a día; brinda una nueva visión de lo que el paisaje cotidiano nos da por hecho. La obra de Levin nos devuelve ese asombro que experimentamos cuando vimos nuestro alrededor por primera vez. De igual manera, esta operación hacia el exterior también se puede replicar hacia el interior: no hay nada más conocido y al mismo tiempo desconocido que nosotros mismos. Al vernos de otra forma podemos cambiar las cosas que nos impiden ser mejores, podemos completarnos; al fin y al cabo, esa es la misión del arte.
Para más información sobre el artista:
Ig: @once.in.oaxaca
Web: https://www.jaimelevin.space/
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Jaime Levin. Creció en Melbourne, Australia, y estudió su maestría en Arquitectura en Aarhus, Dinamarca. Su trabajo explora la curiosidad dentro de nuestras vidas cotidianas y cómo la práctica artística puede provocar descubrimientos e inspirar experiencias inesperadas. Sus intereses y exploraciones creativas deambulan por los diversos mundos de la arquitectura, la escultura, las bellas artes, la cerámica, la gráfica, la ilustración y las artes culinarias; con ello teje una complejidad de técnicas que impulsan su proceso creativo.