Por Elba Paniagua
Ilustraciones: Kris Paniagua
- Estoy aquí sentado en el último escalón de mi vida,
tratando de explicar mi ropa roída, mis manos vacías.
Cierro los ojos ignorando el tiempo, a punto de llegar
al cielo o al infierno.
Algo tira débilmente de mi pierna.
Se retuerce del dolor su cuerpo herido.
El arco quebrado, las flechas partidas,
su semblante sombrío, su rostro envejecido,
las alas rotas, los párpados caídos.
- Esperé por años un ansiado cumplido, una ilusión naciente
y aquí estás tan tranquilo. A punto de morir sin haberme conocido.
¿Por qué tan codiciado elixir no has bebido?
Dime, te lo suplico ¿por qué las musas tú espíritu no han corrompido?
- Dices bien cupido. Jamás esa gloria he gozado, ni tal placer sentido,
ni necesidad de pronunciar esa declaración, que vuelve rico al mendigo.
Si no he podido hasta ahora despertar del amor el sentimiento,
te pido por favor condéname al exilio, en tierra yerma de androides.
Devoren esperanzas desvanecidas el corazón ya resignado, agonizante niño.
Cubre con pintura este músculo herido, para que seco y agrietado
caiga en pedazos mientras estoy dormido.
Lánzame al vacío y pídeme que confíe.
Daré un paso atrás y contemplaré en la caída
la fantasía de un sentimiento desconocido.
- Yo creía que siempre tu deseo había sido
no conocer amor, ni sentimiento parecido.
- Ha sido siempre mi costumbre, matar amores imposibles,
frustrados, deshechos y no correspondidos.
Mi cerebro conoce el sentimiento,
pero mi cuerpo lo ignora por completo.
Mi temor siempre ha sido, la tristeza por su causa descrita.
No tuve el valor de gozar, pasión breve, por dolor eterno.
Aquello que toda barrera rompe,
Que toda lógica deshace,
que todo por él dejan, que teniéndolo dicen, la vida es más bella.
- Entonces he fracasado en mi misión contigo.
Si jamás mi flecha tu corazón abrasará,
mi vida no tiene sentido.
- Espera cupido. Te propongo algo:
Un gesto piadoso, un intercambio benigno.
Dejaré sobre mi cuerpo una nota de cariño sincero.
Convéncelos de que lo conocí. Al que te pregunte dile
que mi pecho anidó esperanzas, generó suspiros,
y gozó del delirio que sólo esa droga causa.
Usa tus flechas rotas y clávalas en mi corazón
mientras me cuentas qué es eso del verdadero amor.
Por favor mátame.
Que todos sepan cuál fue mi destino. Deja que en su imaginación
viva la historia de un anhelo prohibido, diles cupido, que la pasión era mi delirio,
que no pudo ser por culpa del destino.
Déjalos que lo crean, déjalos…
Que mi recuerdo alcance la gloria que jamás conoció mi cuerpo.
Será mi castigo y tu consuelo que sepan que me mató la flecha de cupido.
Que con anheladas ilusiones di, gustoso, vida,
por causa de un amor perdido.
Estos versos están inspirados en una obra teatral perteneciente a la segunda mitad del siglo XV, de Rodrigo de Cota, titulado Diálogo entre el amor y un viejo. La obra ha sido representada en pocas ocasiones, por la complejidad del montaje, ya que sólo son dos personajes. Sin embargo, una de las mejor logradas fue la realizada por José Luis Ibáñez el 18 de abril de 1965, con Beatriz Sheridan y Carlos Fernández, con música de Alicia Urrieta y escenografía y vestuario de Vicente Rojo, destacando en la crítica teatral mexicana.
La intencionalidad de mis versos es la celebración del amor. Permitir la entrada de cupido es un acto de valentía en sí mismo, que depende de nosotros aprovecharlo. El sentido de nuestra vida se encuentra directamente ligado a la existencia de las personas que amamos. Se sufre, pero se aprende y, sobre todo, se goza.
¡Feliz Día de San Valentín!
Elba Lillian González Paniagua es egresada en Literatura Dramática y Teatro por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Realiza su tesis sobre Isabel Prieto de Landázuri. Sus líneas de interés e investigación son los Estudios de Género, Literatura del siglo XIX, y temas relacionados al horror y el terror. Ha escrito reseñas de cine y novela corta en publicaciones independientes, así como traducción de poesía. Tradujo textos y realizó pláticas sobre migración e inclusión en la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), colaboró en los eventos del Centro Cultural Coreano y participó en el Coloquio sobre Cultura Coreana realizado por el COLMEX. Actualmente, brinda asesorías de reseña literaria en Librería Porrúa, colabora con ChildFund México en el área de Patrocinio Internacional y participa en obras de teatro independientes con temática histórica y literaria. Es colaboradora de Fundación Guendabi’chi’ A. C.
Excelente poema…los felicito.