“AÑO NUEVO, VIDA NUEVA”, AQUÍ Y EN TODAS PARTES

Pamela Flores

 

Una vez pasada la Navidad, el fin del año se siente casi palpable y también avistamos el inicio de uno nuevo, porque el final es siempre el comienzo de otra cosa, como dice el refrán: “año nuevo, vida nueva”. 

El inicio de un año es la ocasión adecuada para cerrar ciclos, para dejar ir y recomenzar, para abrirse a las oportunidades, hacer planes, enlistar deseos, fijarnos metas; en fin, es el momento de darnos otro chance

Para ponerle más formalidad al asunto, y quizá también un poco de sacralidad, solemos tener pequeños rituales que acompañan nuestros pedimentos, el de las doce uvas y los doce deseos es sólo uno de ellos, así como el de barrer la casa para ahuyentar lo negativo, el de dar la vuelta a la cuadra con las maletas para augurarnos viajes, o el de comprar borreguitos de la abundancia para tener suerte. Los rituales son diversos y variados, pero también existen los que están ligados a los lugares a los que se pertenece, a la comunidad, un ejemplo de ellos son los que se celebran en Teotitlán del Valle, Oaxaca, y en varias regiones de Veracruz.

El Año Nuevo en Teotitlán del Valle

Teotitlán del Valle cuenta con un sitio importante para la comunidad conocido como “La cuevita”, un lugar de pedimentos en el que, de acuerdo con los testimonios de los pobladores, hace muchísimos años apareció una Virgen muy milagrosa a la que las personas suelen hacer solicitudes y llevar ofrendas. El Año Nuevo no es la excepción, más bien, es un momento particular para visitar “La cuevita”

Durante el último y el primer día del año, los habitantes acuden a rezar y solicitar a la Virgen salud, dinero, bienestar y prosperidad, y ofrendan flores, billetes, carritos y pequeños animales de juguete; también construyen casitas de piedra, si lo que desean es una casa para el año venidero. Otro de los acontecimientos particulares durante la noche de año viejo, es que las personas encienden fogatas y pequeños troncos de zompantle que se arrojan los unos a los otros como una suerte de ritual de agradecimiento.

La quema del año viejo en Veracruz

¿Hay algún ritual más efectivo que el que implica el fuego? Tal parece que no, por ello para decirle adiós al año que termina, pocos días antes del 31 de diciembre, los veracruzanos construyen un muñeco de trapo con aspecto de hombre viejo que representa al año que se va. Además de hojas secas, dentro de “El viejo” hay cohetes que tronarán cuando el muñeco sea encendido. Antes de eso, “El viejo” habrá dado algún paseo acompañado de música, probablemente de un fandango. La quema de “El viejo”, además de ser una especie de ritual en el que al prenderle fuego se deja atrás lo sucedido durante el año, también genera la convivencia entre familiares y amigos. 

En otras partes

Es importante decir que no en todo el mundo se festeja la llegada del Año Nuevo en las mismas fechas. El Año Nuevo chino, por ejemplo, inicia el día de la segunda Luna Nueva después del equinoccio de invierno, entre el 21 de enero y el 21 de febrero, y las fiestas duran 15 días. En estos días, las familias suelen estar juntas y si las personas viven lejos de su lugar de origen, viajan hasta éste para pasar la celebración con sus seres queridos. En esta época, el color rojo suele avivar las calles y las vestimentas de las personas. 

Seguramente, en el mundo existen tantos rituales y celebraciones de Año Nuevo como lugares y personas diversas hay en el planeta, pero en lo que probablemente todos coinciden es la concepción del cierre de un ciclo y en la apertura de uno nuevo, lo cual merece por completo una buena celebración.

Foto de portada: Karen

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