Rocio Noblecilla, una perspectiva inclusiva

editadoRedacción QUIXE

Rocio Noblecilla es escritora, editora, periodista, mercadóloga, tallerista y coach literaria, originaria de Ecuador y mexicana por elección.

V: ¿De qué parte de Ecuador eres?

R: Soy de la parte sur de Ecuador, frontera con Perú. Una provincia de más de medio millón de habitantes, privilegiada por ser muy rica en producir café, cacao, banano y en comerciar ganado. Un lugar bellísimo, del que emigré hace veintiséis años.

V: ¿Y cómo fue tu experiencia de llegar tan joven a México?

R: Una de las mejores elecciones fue la de venir a este país. Desde que llegué, México no ha dejado de sorprenderme con sus tradiciones, su historia, con las capacidades de los mexicanos para lograr sus metas, y sobre todo de la mujer mexicana.

Recuerdo claramente ese 27 de junio que llegué: venía desde el aeropuerto, pegada al vidrio de la ventanilla del taxi, tratando de descifrar la ciudad en la que viviría. En el trayecto vi a muchas mujeres en las paradas de autobuses, con uno o dos niños de la mano, esperando. Posteriormente me transporté en metro, y nuevamente me encontré con ese escenario: mujeres que llevaban grandes bolsos, tuppers, ropa de bebé, juguetes, abrigo, paraguas; llevaban lo necesario, por si hacía frío, llegaba el hambre o la lluvia. Entonces pensé: “esta es una ciudad de mujeres viajeras”.

Meses después, que empecé a colaborar en varias editoriales y que a diario tomaba el metro, corroboré que no solo eran mujeres viajeras, sino también guerreras, que salían desde muy temprano con su bebé a dejarlo en una guardería, mujeres solas que no se detenían, que recorrían a diario largos caminos, y que salían adelante con sus hijos. Fue entonces cuando dije: “este es el país en el que quiero vivir”.

WhatsApp Image 2019-12-23 at 19.10.09V: Has coordinado programas de voluntariado, gestionado trabajos culturales en distintas alcaldías de la Ciudad de México, y has colaborado en diversas publicaciones con narrativa, poesía y periodismo. Actualmente eres Directora de tu propia editorial CODISE. ¿Cómo y cuándo surge, y qué significa CODISE? Porque solemos relacionar esa palabra con los códices prehispánicos.

R: Las iniciales de CODISE, se diferencian del códice que es con “c”, y significa: Comunicación, Diseño y Editorial. En 1993 surgió como agencia de publicidad, y poco a poco los servicios se ampliaron a: comunicación, identidad corporativa y guionismo, ya que por esas fechas escribía para las editoriales Ejea, Mango y Toukan (de los hermanos Flores); colaboraba con periodismo y guiones para historieta de bolsillo, los Sensacionales: de Mercados, Páginas Íntimas, ¡Así Soy…! ¿Y qué?; ese es mi pasado oscuro… (risas).

V: ¿Pero por qué oscuro? Yo diría un “pasado divertido, exótico”.

R: Sí, es muy underground; no es generalmente donde los escritores buscan empezar. Inician con géneros literarios como relato, cuento, novela, ensayo. Pero en ese momento llegó esa oportunidad de conectar con la gente, involucrarme con la esencia del mexicano y me enfoqué muchos años a ello y lo he disfrutado enormemente.

V: Pero eso es muy genuino, muy honesto. No es pretencioso.

R: Y representaba un gran reto para mí, porque en el medio editorial, quienes escribían historieta en esa época del boom del cómic de los noventa, eran hombres. Era un círculo muy cerrado, conformado por hombres de mucha trayectoria en el sector editorial, de personajes como Sixto Valencia, Luis Rey, Gustavo Jaimes, Arturo Louga, Jorge Aviña, que ilustraban Kalimán, Lágrimas y Risas, Dragón el Karateca, Memín Pinguín, todas esas historietas que de niña había leído, desde los siete u ocho años. Te cuento un poco al respecto:

En el pueblo donde nací, frente al parque, había un local donde rentaban historietas. Todas las revistas estaban en hileras sobre un estante de madera, yo tomaba una y me sentaba a leerlas en una de las bancas. Esto lo hacía dos o tres veces por semana, esperando a que llegaran los nuevos capítulos; por supuesto, las rentaba a escondidas de mi mamá, quien decía “que ese era un lugar para vagos que no tenían nada qué hacer, que una niña de buena familia no debía estar sentada ahí, leyendo historietas”. Sin embargo, siempre me las ingeniaba para leerlas a escondidas.

Un día, ya en mi edad adulta, cuando empecé mis colaboraciones en Editorial Ejea, le llamé a mi madre y le dije: “Mamá, estoy trabajando en una editorial que hace historietas, de esas que rentaban en el pueblo, ¿recuerdas?” Y me dijo: “Me da gusto que tengas trabajo; pero, ¿te contratan para escribirlas?, ¡no me digas!, ¿y te pagan bien?”. “Me pagan muy bien, mamá”. “Si hubiera sabido que ibas a ser escritora y que te iban a pagar tan bien por escribir esas historias, te las hubiera comprado”. Y yo dije: “así es la vida” … (risas).

Posteriormente, cuando hice mi agencia y aumentamos la oferta de servicios a guiones para radio, televisión e historieta; proyectos literarios, revistas y publicaciones; así como a talleres y asesorías de mercadotecnia, y que ya necesitábamos de una imagen, nos preguntamos cómo nombrarla; y, haciendo lluvia de ideas, empecé a bocetar la idea de CODISE: “tiene que ser con un elemento de comunicación que es la base de esta agencia”, pensé. Y por eso el logo de CODISE: dos símbolos de comunicación -emisor y receptor-.

V: Es un símbolo que me recuerda a la iconografía prehispánica. Tiene mucho sentido que hayas elegido esa imagen. Me comentabas que la misión de CODISE es la comunicación. ¿Cuál sería la visión, aparte de crear todos los productos que comuniquen?

R: Ofrecer servicios que sean integrales y de acuerdo a las necesidades de cada cliente. Porque no solamente son productos literarios, sino también la elaboración de todo tipo de contenidos y desarrollo de los procesos editoriales; ofrecer estrategias de comercialización y posicionamiento de marca en distintas plataformas, con una visión periférica e integral, de 360 grados, y siempre de la mano con el cliente.

V: ¿Cuál es el espectro de trabajos que CODISE ha realizado?

R: Uno de los trabajos importantes que hicimos al empezar la agencia fue con Papelerías DABO, con un estudio de mercado que permitió evaluar la posibilidad de establecer los Centros de Cómputo Compudabo y los Centros de Copiado. Otro proyecto, igual de importante, fue la introducción en México de ozonificadores –producción de ozono- para fines comerciales, salud y cuidado personal. Asimismo, brindamos otros servicios, como asesorías de marketing a empresas, realización de empaques para laboratorios farmacéuticos, originales mecánicos, diseño de imagen corporativa y registro de marca, y un proyecto con Patricia Scherer que consistió en el levantamiento y corrección de expedientes de niños en situación de calle.

Este último fue un proyecto que me dio múltiples aprendizajes al conocer de cerca las historias que forjaron a esos niños, realidades muy duras, eventos que cimbraron mi alma y provocaron un despertar que me marcaría: dedicar una parte mi vida a la filantropía. Fue cuando enfoqué mi atención, me diversifiqué y di cabida a muchos proyectos. Desde entonces siempre digo “Sí”; no hay proyecto al que haya dicho “No”.

V: Y en ese sentido, CODISE se vuelve más allá de ser solo una editorial; se convierte, al parecer, en una Asociación Civil que realiza actividades relacionadas con el humanismo.

R: Digo “mi editorial”, pero es más bien uno de mis proyectos de vida que me ha permitido escribir, editar publicaciones, e incluso trabajar como escritora fantasma de varios autores; también, involucrarme con el público infantil para crear y dar rienda suelta a la imaginación, e incluirlos en mis proyectos sociales y culturales.

V: Cuéntanos un poco de lo que has trabajado con ellos.

R: Un regalo de vida que me llegó en 2007 fue el Programa Niños Talento. Estaba como Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard, y junto con Mariagna Pratz, propusieron al DIF y SEP crear el Programa, y al que fue llamada la SOGEM, Sociedad General de Escritores de México, a través de su escuela de la cual yo había egresado. Fue así como me integré al grupo de tutores fundadores del Programa que empezó con la inscripción de más de 200 mil niños, de entre 5 y 14 años, que se iniciaron en las disciplinas de danza, teatro, artes plásticas, creación literaria, historia, música, y que a la fecha continúa operando con éxito en los Centros DIF de la Ciudad de México.

Yo había ingresado a la SOGEM en el 98, cuando estaba José Antonio Alcaráz como presidente de la escuela (q.e.p.d), un excelente narrador, cronista, dramaturgo y musicólogo; posteriormente llegó Teodoro Villegas, comunicólogo, guionista y fundador de UAM radio, quien fue el enlace de SOGEM para la creación del Programa Niños Talento. La Escuela de Escritores ha tenido notables escritores en su dirección y en su plantilla de maestros, que han aportado en mucho a lo que se está produciendo actualmente en la literatura de México. Escritores que ingresamos a la escuela de la SOGEM con la inquietud de abordar un género y salimos con todos; que entramos con un estilo, y ¡vamos!… (risas).

V: Luego uno no tiene claro el camino. El camino es el que te forja el destino, y todo lo que nosotros planeamos al inicio, al final cambia. Y CODISE, ¿sigue ahí?

R: No. Estuve como tutora fundadora, impartiendo clases de Creación Literaria frente a grupos de niñas y niños, como parte del grupo de tutores que realizábamos Proyectos Especiales (eventos culturales con niños en diversos espacios de la Ciudad de México y en alianza con varias instituciones culturales) y posteriormente como Coordinadora de Cultura -coordinando a los tutores del área de cultura: danza, teatro, artes pláticas, historia, creación literaria y música-, hasta 2012.

Continué con talleres particulares. El brindarles herramientas de escritura a los niños, y buscar editar sus obras, partió de mi inquietud al ver las estanterías de las librerías de la sección infantil. La mayoría, con obras maravillosas escritas por excelentes escritores que han abierto el mercado literario infantil y por los que muchos niños están consumiendo literatura; pero, también las hay con historias y un lenguaje que no es idóneo para ellos… Ahora, ¿qué pasaría en el mercado si incluimos en esas estanterías la visión de los niños?, ¿cómo impactaría que los niños se reconocieran desde pequeños como escritores?

V: Hablando de esta palabra, de la inclusión… ¿para ti qué significa esa palabra?

R: Significa enriquecer. Significa sumar.

V: ¿Y qué piensas del famoso lenguaje incluyente que se promueve en redes sociales y en diferentes espacios, y que está generando tanta polémica?

R: Al colaborar en instituciones de gobierno, en todos los niveles, es un requisito que, en las publicaciones, programas, materiales de difusión, proyectos, convocatorias, integremos el lenguaje incluyente y abramos espacios de mayor participación de la mujer y de los demás grupos de la población, con perspectiva de género, juventud, niñez, derechos humanos y no discriminación. Y en mi caso, como coordinadora editorial, he tenido que apegarme al Manual de Criterios de Presidencia de la República, en el que se establecen reglas para el uso de imagen y contenidos gubernamentales, así como ciertos lineamientos en el lenguaje -con la premisa de mantener su coherencia, facilidad de lectura y claridad- y en el que se incluya siempre a la mujer, al hombre, al joven, al niño…

IMG_5525V: Y al anciano, y a los débiles visuales…

R: Y a las personas de comunidades, con un lenguaje adecuado o en otras lenguas, de utilizar el lenguaje de señas, los subtítulos para el que tiene debilidad auditiva o el braille en las publicaciones impresas. Ha sido un requisito indispensable de inclusión gubernamental. Sin embargo, cuando trabajamos en otros ámbitos, se vuelve complejo el adaptar el discurso para mencionar a cada uno, sobre todo si el segmento del mercado al que va dirigido el mensaje es otro y las tarifas se elevan por segundo de transmisión. O bien, ocasiones en las que, por mencionar a cada uno, perdemos el sentido del texto o del mensaje.

V: Y es sentido del público.

R: Así es. Por lo que, más bien, busco involucrar a todos sin tener que alterar el mensaje o alargar el discurso. Se pueden utilizar palabras que ya usamos, sin tener que agregar el “las/los”, “las estudiantes y los estudiantes”, o “mujeres y hombres”.

V: Creo que el enfocar el lenguaje hacia el género tiene que ver con toda una cultura de machismo que se vive en el país. Sin embargo, también están esos “otros” que tú comentas, y que pareciera que, en el género, ¿en dónde caben?

R: Tenemos experiencia en el uso de nuestro lenguaje y de nuestra lengua. Un niño ya conoce el lenguaje, y entiende que cuando decimos: “hay otros”, incluye a un ella y un él. El machismo, la misoginia, la invisibilidad de la mujer, en parte es por patrones educativos erróneos, o cultura y pensamiento que deben estudiarse y rectificarse con educación y divulgación de información incluyente en el decir y en el accionar. Si concebimos al ser humano como una persona integral, no nos separamos, nos enriquecemos. Si, en cambio, dividimos en autobuses un área para hombres y otra para mujeres, entonces habrá que separar también a las demás comunidades y rediseñar ergonómicamente los espacios y estructuras pensadas en ser útiles para cada uno. Es importantísimo que avancemos todos, con perspectiva de equidad y con igualdad de oportunidades para todos: videntes e invidentes, niñas y niños, minusválidos, embarazadas, trasgéneros, sordomudos y todos los demás grupos sociales. Sumar, visibilizar, reconocer, integrar; no separar.

V: Sí, claro. Es una palabra que hoy en día ha entrado en controversia. Así que, cuando tú hablas de la palabra en CODISE, entonces la palabra debe ser incluyente en todo sentido.

R: Y es para todos. La palabra debe cumplir esa función. Por ejemplo, puedo vestirme con ropa de hombre, porque es más cómoda o porque elijo vestirme así, y los demás podrán pensar que soy lesbiana o que estoy imponiendo una moda. De igual manera lo son las preferencias sexuales, cada uno decide si lo hace público o no, y no me limita la opinión de alguien. Una “x” al final de la palabra, manifiesta que quien lo escribe es parte de un grupo con cierta ideología o de un movimiento, y es su decisión hacerlo o no; por lo tanto, aceptemos también que otros grupos adopten y adapten otros lenguajes, seamos tolerantes y comprendamos ese ejercicio o propuesta.

En mi quehacer, escribo basándome en las teorías gramaticales, ortográficas y de redacción; con perspectiva de equidad, igualdad e incluyente.

V: Actualmente ofreces asesorías editoriales, y te iniciaste en este ámbito al ejercer el periodismo. Ya me contaste también que escribías guiones para historieta en un mundo masculino. Pero, ¿cómo llegaste hasta este punto? Pareciera que CODISE es tu concepto.

R: Propagar el conocimiento creo que debe ser una extensión de lo que recibimos. Así como nos evalúan para saber cuánto conocimiento hemos acumulado, evaluemos el conocimiento que hemos propagado o replicado. He tenido maestros valiosos en el transcurso de mi vida, y busco compartir lo aprendido y aprender al mismo tiempo…

V: Y el mundo editorial te lo permite…

R: Me lo permite porque además hay muchas personas involucradas en todo el proceso editorial: el traductor, corrector, diseñador, ilustrador, el fotógrafo, que implica muchos conocimientos y posibilidades para crear redes de conocimiento y donde todos aprendamos de todos. Hay quienes requieren más conocimiento y ello exige capacitarme y buscar más información, y nutrirme. Y cuando veo logros en el otro, es cuando aprendo más.

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Un editor es aquel que produce un libro o cualquier publicación, y funge como agente de posicionamiento y distribución de su producto. Aquí vemos un poema de Alí Chumacero corregido por el mismo en su acervo de la Biblioteca de México.

V: Sí, creo que vivimos en un mundo en donde la competencia se ha sobrevalorado para llevarla al plano de “uno ser mejor que otro”.

R: Cada uno en su ámbito, en su medio, en su círculo tiene sus conocimientos, sus habilidades y su expertise. Y finalmente, si abrimos esas barreras egoístas y de egos, podemos formar redes de aprendizaje, trabajar en equipo, con objetivos comunes. Mis proyectos siempre van en esa búsqueda, de tejer.

V: Es un “tejido de la palabra”, y el tejido es una “inclusión”, lo pensaba a manera de alegoría. Bueno, cuéntanos, aparte de los talleres, ¿tienes otros proyectos a futuro?

R: Hay muchos proyectos, de editar más libros, de darle voz a nuevos autores en antologías, de hacer libros artísticos y, por supuesto, de hacer también mis propios textos y explorar con otras disciplinas.

Como un paréntesis, recordé a uno de mis autores, a Osvaldo Carmona Ghio, chileno, que había escrito un compendio de relatos de la época de Pinochet: La Galvanoplastía del Horror. No lo habían querido editar en su país, y yo le dije: “Yo lo hago”. Lo edité y presenté en el Museo de la Fotografía de la Ciudad de México, en la Casa de Cultura de Iztacalco y en la Casa del Poeta; se llevó los ejemplares a Chile y tuvo muy buena respuesta de los lectores; la edición se agotó. Me interesa volver a hacer algo así, el darles voz a otros cronistas; esos libros que debemos leer y aportan significativamente a nuestras vidas.

Por supuesto, también editar temas de migración. Al respecto, creé un grupo de mujeres ecuatorianas en México que tienen esa visión de migrantes y escriben sus relatos de cómo lo han afrontado…

V: Sobre todo, porque tú viviste esa experiencia. Entonces, ¿qué te causa escuchar todas esas historias?

R: Los “problemas” son eventos y a los eventos les imprimimos emociones, y pueden ser terriblemente trágicos o tremendamente luminosos. Hay mujeres que llevan incrustado el sufrimiento, no salen de esa historia de vida y requieren de herramientas para verlo desde otra perspectiva; una de esas herramientas es la escritura.

La intención con este grupo de mujeres es empoderarlas a que escriban sus historias de vida. En noviembre pasado les impartí un taller de narrativa y a través del Consulado de Ecuador en México se emitió la convocatoria “Concurso de Relatos de Mujeres Ecuatorianas Residentes en México”, y con sus textos realizaré una antología que se publicará a inicios de este año.

V: Es importante el trabajo que haces, les das la palabra a aquellos que les silencian su voz, de cualquier manera.

R: Son historias donde prevalece la violencia, la humillación, el maltrato, el abuso, y que muchas mujeres no encuentran el espacio para expresarlas.

V: Cuando sufres tanta violencia, todo ese clima de hostilidad genera inseguridad, y cuando no crees en tu palabra tienes que encontrar a quien sí crea en ella y quiera darle eco; y eso has estado haciendo con niños, con perseguidos políticos, con mujeres. Eres como un árbol que tiene ramas que crecen de manera diferente, pero cada una remata en flores, en oxígeno. Así te miro, como un árbol frondoso que crece y hace crecer a otros.

R: Gracias por esa mirada… Hay otro proyecto que quiero llevar a cabo, un libro de cuentos ilustrados; aprovechar los recursos visuales y hacer libros artísticos. Hay mucho que quiero trabajar. Pero, requiero de autores atrevidos y poder dar rienda suelta a toda la creatividad y experiencia. Imagino libros-objeto para públicos específicos, obras seriadas o firmadas, con propuesta.

También llevo una Comunidad de Voluntariado que quiero fortalecer: Voluntarios en Acción y Voluntarios en México, en las que difundo proyectos de voluntariado de todo tipo: medio ambiente, salud, animales de compañía, vivienda, alimentación; ahora que tuvimos el terremoto, de construcción y reconstrucción de viviendas, de apoyos para alimentos o medicinas. Hay muchas personas que quieren ayudar.

V: Entonces la inclusión es también hacia las especies y el medio ambiente…

R: El ser humano requiere estar en comunión con la naturaleza y su entorno. Estamos viviendo momentos de cambios drásticos, de materialismo y consumismo, con una visión egoísta hacia los ecosistemas y las especies, que son los que nos permiten obtener beneficios ambientales fundamentales como el agua. Todos tenemos una función en este planeta; si eliminamos a una especie, alteramos los ecosistemas e impactará en la posibilidad de que el ser humano continúe en este planeta. Requerimos educación, conciencia y corresponsabilidad, hacia una cultura de conservación y de consumo responsable.

editado 4V: Pues Rocio, te agradezco mucho por compartirnos tu experiencia como “todóloga”, porque aparte de escritora, tallerista, editora y activista, eres filántropa, eres todo en uno. Fue un placer tener esta plática, en este bello lugar, rodeadas de libros, de personajes y de historias. Personas como tú son indispensables justo en este momento en el cual el interés monetario pasa por encima de los ideales de un individuo. No sé si quieras agregar algo más…

R: Gracias a ti, ha sido un verdadero gozo el poder compartir este tiempo contigo y hacer este intercambio de ideas y sentires.

Solo agregaré un breve mensaje: Que siempre nos arriesguemos a más, porque es cuando realmente los proyectos se logran con éxito. Que trabajemos en equipo, dejemos el ego a un lado y sumemos para formar redes de trabajo. Que tengamos siempre presente el “ser humanos”. Y digamos siempre “sí”. Porque decir “sí” es sinónimo de “ganar”.

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