Una práctica de antaño es velar en los panteones, para esperar a las almas que bajan para convivir con quienes aún habitamos en este plano terrenal
El Día de Muertos es una de las fiestas más importantes que tenemos en México. Durante el 1 y 2 de noviembre recordamos con cariño a nuestros seres queridos que se nos han adelantado, y celebramos la esperanza de que algún día los volveremos a encontrar. En nuestro país, una práctica de antaño es la de velar en los panteones, o camposantos, para esperar a las almas que, solo una vez al año, bajan para convivir con quienes aún habitamos en este plano terrenal. Por ello en algunas comunidades de Oaxaca se mantiene viva esta tradición, y sus panteones se llenan de color y alegría. Conozcamos un poco acerca de más de esta hermosa costumbre.
Los panteones de Oaxaca se llenan de color y tradición
Hasta hace un par de décadas esta práctica era más la regla que la excepción, y los panteones, incluso los de las ciudades, se convertían en lugar de jolgorio durante los primeros días de noviembre. Con el tiempo esta práctica se fue perdiendo debido a distintas razones, como la inseguridad a altas horas de noche o sencillamente la perdida de la fe en esta creencia. La buena noticia es que aún existen algunos lugares en los que todavía se práctica fervientemente esta tradición, como la isla de Janitzio en Michoacán o los pueblos de Oaxaca, en donde los panteones de Santa María Atzompa o Santa Cruz Xoxocotlán se iluminan por la noche para celebrar a los difuntos.
Las familias de estos lugares se preparan con semanas de anticipación para poder celebrar a sus difuntos como se merecen. Todo comienza con la limpieza y arreglo de las tumbas, las cuales se decoran con flores, principalmente de cempasúchil, ya que es conocida como la «flor de muerto». Además, alrededor de las tumbas se colocan velas, otro elemento que no puede faltar; su luz cálida y combinada con los colores de las flores forman una hermosa postal que no te vas a querer perder. Por último se comparte la comida, la favorita del difunto para que baje su alma a degustar de lo que con mucho amor se ha preparado.
Velar en los panteones, una práctica que no morirá
Con el paso de los años se ha notado que la práctica de velar en los panteones ha venido decreciendo, pero por fortuna existen lugares, como estas regiones de Oaxaca, en donde esta tradición se mantiene más viva que nunca. Por ello los gobiernos locales junto con las comunidades han implementado programas para preservar estas costumbres ancestrales. Ahora que ya conoces esta hermosa tradición ¡Date una vuelta por los panteones de Oaxaca! Y deléitate con las prácticas que por siglos han formado parte de su historia.
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