¡El 2 de Octubre! Nunca se olvidará

Por Claudia Alatorre

Han pasado 52 años desde que el ejército mexicano masacró y desapareció a parte de una generación de estudiantes preparatorianos y universitarios. Su voz, su juventud y su ímpetu fueron arrancados de raíz por la intolerancia e incomprensión del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz. La policía y los militares obedecieron ciegamente a sus superiores, erradicaron a un número incontable de jóvenes que salieron unidos a las calles buscando cambios para tener un mejor futuro. 

La organización social y el malestar se acumuló desde décadas pasadas e iba creciendo: Médicos, ferrocarrileros y maestros buscaban mejores condiciones laborales y libertades políticas; sus marchas tenían el objetivo de presionar al gobierno para lograr cambios en beneficio de la población. Dentro de este clima nació el movimiento de 1968, que llegó a unir la voz de múltiples sectores de la sociedad que exigía al gobierno libertad política y democracia.

Sin embargo, la respuesta del Estado fue represiva y para frenar la organización de la sociedad mexicana, argumentó que sus marchas, asambleas… perturbaban el orden público y afectaban al gobierno. Fue por ello, que aplicó el artículo 145 del código penal de 1941, en donde se permitía la disolución social. El artículo lo había creado el presidente Manuel Ávila Camacho para impedir la propagación de las ideas fascistas en el país y limitar las revueltas provocadas por los Camisas Doradas; organización de obreros que atacaban de forma constante y violenta a la policía y al gobierno mexicano. Por tanto, dicho artículo se creó en un contexto diferente y sería aplicado para forzar a la población a regresar al orden establecido por el gobierno.

La razón del uso de la fuerza por parte del presidente Díaz Ordaz, para terminar con el movimiento estudiantil, fue la cercanía de la apertura de los Juegos Olímpicos y su incapacidad de negociar para resolver el conflicto de forma pacífica. 

Tlatelolco, por tercera vez era testigo de cambios históricos violentos que cambiarían toda la configuración de la sociedad. En la época mesoamericana, Tlatelolco fue el espacio económico más importante de los mexicas ya que aquí se encontraba el mercado de intercambio o trueque y fue una base militar en donde se libraron batallas en contra de los conquistadores españoles que querían derrocar a los mexicas. El segundo cambio histórico fue la construcción del templo católico “Colegio de la Santa Cruz”, en donde se evangelizaban a los sobrevivientes de la conquista, cambiando sus creencias politeístas a las católicas. Y la última, fue la matanza de los estudiantes.

Sin duda, este espacio presenta transformaciones sociales dentro de la historia de nuestro país: El esplendor mexica y su mercado de Tlatelolco, la conquista de la gran Tenochtitlan y la implantación de una nueva religión en la época novohispana, para terminar con un rojo amanecer en donde el estado privilegió su imagen internacional a tratar de resolver los conflictos que se fueron acuñando a través del despertar de la creciente clase media mexicana y que terminó con una masacre de la población más joven y soñadora del país, sus jóvenes.

 

Imágenes: ShutterStock


Fuentes:

Museo Memorial del 68. UNAM/Centro Cultural Universitario. Ricardo Flores Magón 1, Col. Nonoalco Tlatelolco.
Sierra Campuzano, C. 2015. Historia de México. Un enfoque analítico. México: Esfinge.
Escalante, G. et al., 2008. Nueva Historia de México Ilustrada. México: COLMEX.

 

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