Por Teresa de los Ángeles Cortés Villa
La Ciudad de México está de manteles largos, ya que este año se cumple un centenario del nacimiento de Chava Flores, su “Cronista Cantor”. Todos, o casi todos, hemos escuchado, por lo menos, un par de sus canciones. Puede ser que usted aún no esté seguro de la afirmación que acabo de hacer o, por el contrario, puede ser que desde el título haya identificado a nuestro autor. En cualquiera de los dos casos, lo invito a leer este pequeño homenaje a un hombre cuyo ingenio y amor por su ciudad quedarían plasmados en sus canciones para la posteridad.
Salvador “Chava” Flores Rivera nació el 14 enero de 1920, en el Barrio de la Merced. Vivió su infancia y juventud en colonias representativas del centro de la Ciudad de México, como la Tacuba y Santa María la Ribera. De joven se las vio constantemente en aprietos debido a su situación económica, misma que lo llevó a probar un sinnúmero de empleos; tales como voceador de periódicos, costurero y productor de discos (Flores, 1994). Pero su mejor trabajo sería la combinación de sus dos pasiones: la música y la admiración por su ciudad.
Chava Flores compuso alrededor de 200 canciones (Espinales, 2013). Entre las más famosas destacan Sábado Distrito Federal, El gato viudo, Los Gorrones, La interesada y La Bartola. Comenzó a escribir canciones donde narraba lo que veía en su vida cotidiana. Relata o creaba situaciones que se desarrollaban en las colonias ubicadas al noreste de la ciudad que, cabe recordar, en aquel entonces era mucho más pequeña que ahora. Esas colonias eran la Peralvillo, la Bondojito, la Pensil y el Barrio de Tepito, ubicado en la colonia Morelos. Las vecindades fueron los principales escenarios para desarrollar sus historias. Casi siempre relataba lo sucedido de una manera cómica que atrapaba a sus oyentes, acompañada de música sencilla, la mayoría de las veces a ritmo de corrido.
Las anécdotas que contaba en sus canciones siguen sacando risas a quien las escucha. Cómo olvidar cuando dijo en Cerró sus ojitos Cleto que su compadre se murió a propósito para no pagar lo que debía. O que a Espergencia, una joven de la vecindad, le celebraron sus XV años hasta que cumplió 30 por falta de dinero. O que cuando celebraron El cumpleaños de Escolapia, los niños orinaron la cama y hasta le sacaron el vidrio al televisor.
A Chava Flores le tocó vivir el Desarrollo Estabilizador, periodo económico de México que comprendió aproximadamente 30 años a partir de 1940, y fue mejor conocido como El Milagro Mexicano. Esta etapa prometía el crecimiento financiero del país, pero, a final de cuentas, resultó ser beneficioso sólo para algunos sectores de la población. Es decir, la ciudad se modernizó en cuanto a servicios, seguridad social e infraestructuras, pero la gente de nivel socioeconómico bajo seguía sumida en su miseria y en sus costumbres.
El cantautor reflejaba, en sus presentaciones en vivo, la situación que atravesaba la zona centro del país. Desde mi perspectiva, estos elementos fueron conjuntados por el mismo Chava para configurar un personaje, pero ese es tema para otra ocasión. Representaba a un individuo que se había urbanizado, es decir, salía vestido con un sencillo traje sastre, pero al mismo tiempo gozaba del folclor musical, pues, a menudo, era acompañado por un grupo de mariachi, y vivía los problemas debidos a la falta de educación. Un ejemplo de ello es el uso de su lenguaje coloquial, como decir “doitor” en vez de “doctor”.
Aunque el mismo cantautor se denominaba apolítico (¿Cómo nace una canción? Entrevista a Chava Flores, n.d.), no limitaba las críticas hacia la sociedad, y, en menor medida, hacia el gobierno, plasmadas en sus canciones. Encontramos en su repertorio un par de piezas que aluden a la situación del país. Como A qué le tiras cuando sueñas mexicano, Vino la reforma y Mi México de ayer.
La música de Chava Flores se ha visto caracterizada por su sentido atemporal. Resulta sorprendente observar cómo muchas de las cosas que narraba en sus canciones siguen vigentes. No es difícil encontrar dentro de su repertorio alguna situación que nos identifique en la que un personaje pueda ser fácilmente sustituido por un conocido o familiar nuestro. El tío impertinente, la comadre chismosa o el que nunca puede pagar lo que debe, son parte del paisaje social y familiar de México.
También podemos encontrar, en las colonias que él describía, las mismas situaciones que relataba cuando cantaba. Las vecindades de la colonia Morelos o de Peralvillo siguen concordando con lo descrito; es como si el tiempo se hubiera detenido en esa capsula de la ciudad, aun cuando ya ha pasado poco más de medio siglo de que Chava compuso sus canciones.
Y, por otro lado, situaciones que en ese momento significaban una burla y parecían inimaginables, se han convertido en realidad. Por ejemplo, en su canción Vino la reforma, relata sobre la convivencia entre los pobres y los ricos debido al crecimiento de la ciudad, e ironiza “ora sí el curado ya se toma helado […] ya sabrán Las Lomas de los tacos, de cachete y bofe […] pa´ que los de la alta sepan ya vivir”. Hacia 1960 parecía inimaginable que los ricos tomaran pulque y comieran tacos, pero ahora se ha hecho realidad, en forma de taquería y pulquería gourmet en las colonias más hípsters de nuestra ciudad. ¿Qué diría Chava Flores si viera lo que está sucediendo?
Es así como encontramos en este gran músico una mezcla de comicidad y crónica, ya que entre sus versos incluía acontecimientos que ocurrían en la ciudad, y hasta hallamos algo de profecía, pensando en que su ironía se ha vuelto realidad. Seguiremos admirándolo como el gran artista que era, pero sobre todo como una persona que amó profundamente su ciudad.
Esta vez pediremos al “maistro Nabor”, el mismo que amenizó Los quince años de Espergencia y fue a tocar a la fiesta en la que llegaron Los gorrones, que toque las mañanitas, con harta sal y sabor, para nuestro querido y siempre recordado, Cronista Cantor de la Ciudad de México, Chava Flores.
Referencias bibliográficas
¿Cómo nace una canción? 86-88 Entrevista a Chava Flores. (n.d.) [Cinta de carrete abierto] Archivo de la Fonoteca Nacional de México. Radio Educación. Ciudad de México
Espinales, T., (2013) El humor en las canciones de Chava Flores (tesis de licenciatura), Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. Ciudad de México
Flores, S., (1994) Relatos de mi barrio, Ciudad de México, México, Ageleste.
Sánchez, G., (n.d.) Una mirada al México de ayer a través de la ventana de “Chava“ Flores, Revista Cuatro Patios, Recuperado de https://bit.ly/2C7zE97
Semblanza: Teresa Cortés Villa es estudiante de la licenciatura en Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha participado en los coloquios organizados por el Seminario Permanente de Historia de Música en México de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Actualmente forma parte del equipo de Redacción Digital QUIXE.