El mercado 20 de Noviembre, historia de un santuario de comida oaxaqueña

¡Pásele, marchante! Entérese del origen del Mercado 20 de Noviembre, icónico lugar de la ciudad de Oaxaca

Scarlet Rubí

Nadie lo podría negar: los mercados de México son una joya cultural y culinaria, y en la capital de Oaxaca se encuentra uno que es verdaderamente imperdible cuando se visita esta bella ciudad con cielos de zafiro y cuna de algunos de los sabores más exquisitos de México: el Mercado 20 de noviembre. 

En los mercados, se mezclan toda clase de sabores, olores, texturas y colores; asimismo, son un lugar donde se puede apreciar reunida la diversidad de los alimentos que se consumen en el país, al igual que la incansable labor de la gente que trabaja en ellos. Aquí te contamos todo lo que no sabías del Mercado 20 de noviembre de Oaxaca.

Mercado 20 de noviembre de Oaxaca: historia, antecedentes mercantiles y religiosos

La historia de este mercado comienza con su construcción en 1862, cuando las autoridades decidieron dedicar este cuadrante, ubicado entre las calles 20 de Noviembre, Francisco Javier Mina, Ignacio Aldama y Miguel Cabrera, a albergar a los comerciantes que llegaban de toda la ciudad, de los alrededores o de otros lugares no tan cercanos, los cuales antes se juntaban en diversos puntos de la ciudad como la Plaza de Armas (hoy el Zócalo) o en la actual Alameda.

Este espacio correspondía a lo que alguna vez fue el Convento de San Juan Dios, que existía como un anexo al templo del mismo nombre. Después de un gran incendio, la iglesia se reconstruyó, pero el espacio quedó disponible para convertirse, al término de una construcción que demoró veinte años, en lo que ahora se conoce como el mercado de sabores más grande e importante de la Verde Antequera.

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Cabe señalar que al lado se encuentra el mercado Benito Juárez, en el que se pueden adquirir productos sobre todo de carácter artesanal, aunque también es posible encontrar dulces regionales y el famoso puesto de aguas frescas de Casilda, donde encontrarás ricas agua de horchata y chilacayota. 

Juntos, el mercado 20 de noviembre y el Benito Juárez, ubicados a tan solo unas cuadras del Zócalo, conforman esta zona como una referencia gastronómica obligada a la que deben acudir todos los que deseen disfrutar -a precio muy accesible- de una típica, sabrosa y abundante comida oaxaqueña.

Paraíso gastronómico en el Mercado 20 de Noviembre

En el mercado 20 de noviembre, la comida es la protagonista. Además de los puestos de venta donde se pueden adquirir los ingredientes típicos de la cocina oaxaqueña, cuenta con una gran zona de comedores donde encontrarás los platillos más representativos de la gastronomía de este estado: desde las tradicionales tlayudas acompañadas de tasajo, cecina o chorizo, con el toque único de los huajes o los chapulines, hasta las memelas o picaditas, las entomatadas y las enfrijoladas; todas ellas se disfrutan con la carne de tu elección, o bien, con los inigualables quesos de este estado, ya sea fresco o quesillo, que es como se denomina en la Tierra del Sol al “queso Oaxaca”

De igual modo, en los comedores de este mercado hallarás todos esos platillos que no te puedes perder si te encuentras en suelo oaxaqueño: tejate, tamales, molotes, guías, manchamanteles, caldo de res (muy conocido como caldo de gato), y una gran variedad de moles: rojo, verde, amarillo, chichilo, estofado, coloradito y el estelar mole negro.

El «Pasillo de humo»: plato fuerte del Mercado 20 de Noviembre

Otro de los puntos más característicos de este mercado es el “pasillo de humo” o pasillo de carnes; aquí podrás conseguir la carne que desees y pedir que sea preparada a tu gusto, pues, tal como su nombre lo indica, los anafres estarán listos y humeantes para cocinarla al momento.

Pero el banquete no ha terminado

Como si este recorrido gastronómico no fuera suficiente, alrededor del mercado y en las calles aledañas no faltarán los puestos donde la comida seguirá deleitándote. Ahí podrás encontrar, entre otras delicias: tortillas (blandas y tlayudas), mezcal, chapulines, chocolate e infinita variedad de pan, aunque no puedes dejar de probar el soberbio y tradicional pan de yema. Todos estos productos están disponibles para consumirlos al momento o para llevarlos contigo y que no extrañes tanto la excepcional comida oaxaqueña.

Así como al recorrer las diferentes regiones de Oaxaca es posible apreciar un despliegue de riquezas naturales y culturales, al visitar los pasillos del mercado 20 de noviembre se realiza un recorrido por la diversidad culinaria de este estado. Prepara el cuerpo y el espíritu, pues en este icónico lugar del centro de la ciudad se obtiene tan solo una pequeña, pero deliciosa y nunca suficiente prueba de la abundancia sin límites del mundo oaxaqueño.

 

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